Ciencia contra una infección mortal para los sapos
Un equipo de científicos financiados con fondos comunitarios ha descubierto que los sapos del género Alytes que viven en zonas montañosas elevadas tienen mayor riesgo de morir por una infección fúngica grave que sus congéneres de tierras más bajas. Sus hallazgos, publicados en la revista Ecology Letters, podrían servir a ecologistas para diseñar estrategias que frenen la expansión de la enfermedad. El equipo estuvo formado por científicos del Imperial College de Londres, la Sociedad de Zoología de Londres y el proyecto RACE («Evaluación del peligro de la quitridiomicosis para la biodiversidad anfibia europea»), que contó con apoyo financiero de la ERA-NET (Red del Espacio Europeo de Investigación) BIODIVERSA. Según fuentes de RACE, 18 de las 81 especies de anfibios de Europa se encuentran en peligro de extinción. Parte de la culpa la tiene un patógeno infeccioso llamado Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), un hongo del que está infectada la tercera parte de los anfibios europeos, según las estadísticas disponibles. El Bd, que suele ser indetectable a simple vista, infecta la piel de los anfibios y provoca quitridiomicosis, una enfermedad responsable del 10% de las muertes de anfibios en Europa. Los humanos, por medio del turismo, contribuyen inadvertidamente a la expansión de la enfermedad al transportar el hongo de unas regiones del mundo a otras. «La quitridiomicosis constituye un grave problema para los anfibios de todo el mundo, pues está provocando la extinción de poblaciones a una velocidad vertiginosa», informó el Dr. Matthew Fisher del Imperial College de Londres. «Actualmente no disponemos de métodos de prevención ni de un remedio para la infección por Bd en la naturaleza. Hay que actuar rápido para frenar su expansión a las poblaciones sanas.» Aunque la investigación de este hongo y sus efectos ya estaba bien documentada en otras partes del mundo, antes de este estudio quinquenal se sabía poco acerca de la prevalencia del Bd en Europa. El trabajo se centró concretamente en el Alytes obstetricans (sapo partero común), que se encuentra principalmente en la Península Ibérica, tanto en España como en Portugal. Los sapos del género Alytes son comunes en Europa y cumplen una función importante en diversos ecosistemas. El estudio referido reveló que este hongo había acabado con la vida de hasta el 100% de los sapos infectados en altitudes elevadas, mientras que en tierras más bajas el Bd no había provocado ninguna muerte. Los autores opinan que la mayor mortalidad en el primer caso podría deberse a que el clima más frío debilite a los sapos para combatir el hongo, o bien a que éste esté mejor adaptado a un medio más gélido. Estos científicos se proponen ahondar próximamente en esta cuestión. Las zonas montañosas de gran altitud, como ciertas cordilleras, atraen a gran cantidad de turistas, recordó el Dr. Fisher, y si estos visitan lagos pueden convertirse en portadores de esta letal enfermedad. «Para limitar la destrucción que puede llegar a provocar este hongo, hay que invertir dinero y conocimientos en formas de frenar su contagio. Hay medidas sencillas que pueden resultar eficaces, por ejemplo desinfectar el calzado de los turistas al abandonar zonas donde se concentra la infección y proporcionarles fuentes de agua limpia, para evitar que extiendan esporas del hongo a otras masas de agua.» El Dr. Fisher añadió que otra fuente de peligro es la introducción de peces de criadero en lagos de altura. En su opinión, esta actividad también contribuye a extender la enfermedad a nuevas regiones y es necesario investigar si se trata de un proceso que ya esté ocurriendo. BIODIVERSA fue financiada por el Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. Esta red, que reúne a diecinueve importantes agencias financiadoras de quince países europeos, se dedica a fomentar la cooperación transnacional en el ámbito de la financiación de investigaciones relativas a la biodiversidad.
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España, Francia, Reino Unido