La conservación es preferible a la restauración ecológica para el bienestar humano
Investigadores de España y Reino Unido financiados con fondos comunitarios han descubierto que la aplicación de medidas de restauración ecológica en zonas de gran degradación medioambiental puede ayudar a frenar la pérdida de biodiversidad en todo el mundo. Los resultados de su estudio, publicados en la revista Science, también indican que los trabajos de conservación son más eficaces que la restauración cuando se trata de asegurar la calidad de «servicios ecosistémicos» como el agua potable, la producción de alimentos y el almacenamiento de carbono. Este trabajo fue cofinanciado por el proyecto REFORLAN («Restauración de los paisajes forestales para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo rural en tierras de secano latinoamericanas»), financiado a su vez con 1,72 millones de euros a través del área temática «Medidas específicas de apoyo a la cooperación internacional» del Sexto Programa Marco (6PM). «La restauración ecológica consiste en colaborar en la recuperación de un ecosistema que ha sido degradado, dañado o destruido, normalmente a causa de actividades humanas», explican los autores. Sin embargo, aún no se ha estudiado de forma sistemática si, en efecto, estas medidas contribuyen al aumento de la biodiversidad, la calidad hídrica y la capacidad de almacenamiento de carbono. En el presente estudio, dirigido por José M. Rey Benayas de la Universidad de Alcalá (España), unos investigadores reunieron los resultados de 89 evaluaciones sobre restauraciones ecológicas realizadas en diversos tipos de ecosistemas de todo el mundo y los sometieron a un meta-análisis. En general, los resultados de este tipo de análisis se consideran estadísticamente más sólidos que los obtenidos en un único estudio realizado con una serie de condiciones únicas. Aunque los estudios que se eligieron para este análisis diferían mucho unos de otros, coincidían en tres criterios importantes: en todos ellos se diferenciaban claramente lugares restaurados, degradados y de «referencia» (vírgenes). Además, proporcionaban medidas precisas de la biodiversidad y los procesos ecosistémicos de los sistemas analizados. Mientras que cada estudio abordaba aspectos concretos de los servicios ecosistémicos (por ejemplo, cantidad de actividad microbiana, contenido de carbono o metales pesados en el suelo o calidad hídrica), el meta-análisis los aunó bajo un concepto único de «ecoservicio». El análisis reveló que la restauración ecológica aumenta la biodiversidad un 44% y mejora los servicios ecosistémicos un 25%. Además, demostró que las actividades de restauración dirigidas al aumento de la biodiversidad también deberían favorecer los servicios ecosistémicos, sobre todo en zonas terrestres tropicales, que contienen gran cantidad de biodiversidad y están sometidas a presiones humanas. Se observó que los efectos de la restauración en los sistemas acuáticos eran los más débiles. «Aparte de la mejora de la biodiversidad que propicia la restauración ecológica, nuestros resultados muestran que dicha restauración también beneficia a los servicios ecosistémicos», afirmó el profesor Benayas. «Estos servicios pueden actuar como motor económico y fuente de empleo ecológico, por lo que nuestros resultados darán a los responsables políticos un aliciente adicional para restaurar los ecosistemas degradados.» Además, el análisis demostró que, por regla general, los lugares de «referencia» intactos eran mejores que las zonas dañadas en lo referente a servicios y biodiversidad. «Podría ser una cuestión temporal, pero también un aspecto de la restauración; [...] en general, nunca se lograrán resultados tan positivos como mediante la conservación o el mantenimiento de un sistema virgen», explicó James Bullock, del Centro de Ecología e Hidrología (Reino Unido), en una entrevista publicada en Science podcast. «Nuestro estudio manda un mensaje inequívoco: la restauración se ha desarrollado sólidamente durante las últimas décadas como un método muy importante para su aplicación a suelos degradados, aunque ésta no es la solución más completa», continuó el profesor Bullock. «La solución pasa por mantener y conservar los sistemas vírgenes si queremos tener la mejor biodiversidad y los mejores servicios ecosistémicos posibles.» El profesor Bullock advirtió que, aunque la restauración puede ayudar a frenar las pérdidas, esta nueva investigación muestra que «es indispensable para el bienestar de los humanos conservar los lugares vírgenes, así como la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que proporcionan».
Países
España, Reino Unido