Las abejas se valen de células adherentes para recoger el néctar
¿Cómo consiguen los abejorros recolectar néctar sin llegar a perder el equilibrio? Una nueva investigación de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha mostrado que unas células similares al velcro ayudan a las abejas a adherirse a las flores. Otro hallazgo destacable es que las abejas se valen del tacto para reconocer la textura de la superficie de los pétalos. El estudio se ha publicado en la revista Current Biology. Según los investigadores, dirigidos por la Dra. Beverley Glover del Departamento de Ciencias Vegetales de la Universidad de Cambridge, las abejas eligen pétalos que poseen células cónicas, en lugar de las que poseen superficies planas o suaves, por el apoyo que les ofrecen para cumplir con su tarea recolectora. En el mundo natural, afirmaron, las abejas perciben con la vista o el olfato la información necesaria sin necesidad de posarse sobre la flor. Los científicos se preguntaban si las células cónicas desempeñan una función distinta, al procurar a las abejas un mejor agarre a una superficie vegetal resbaladiza. «La superficie vegetal en principio es plana, y todo cambio evolutivo que la aleje de esta característica se presupone que debe brindarle algún tipo de ventaja», se lee en el estudio. Para el experimento se utilizaron flores artificiales modeladas con una resina epoxi. La mitad de estas flores se crearon con células cónicas en su superficie, mientras que el resto se construyó para que presentaran una superficie lisa. Los investigadores observaron que las abejas no tenían preferencia por ninguna de ellas cuando éstas se dispusieron en horizontal, ya que acudieron a los dos tipos de flores con una frecuencia similar. No obstante, al pronunciar el ángulo de las flores, aumentó la preferencia de las abejas por las que tenían las células cónicas. Además, en el 60% de los casos las abejas optaron por las que contenían las células cónicas cuando se colocaron en vertical. «Las abejas recolectoras son capaces de distinguir entre distintos tipos de superficies simplemente con el tacto», explicaron los investigadores. «Hemos descubierto que las abejas se guían por los colores para distinguir entre las flores que no poseen células cónicas, pero sólo cuando el ángulo en el que se encuentra la superficie de dichas flores es pronunciado, lo que hace que su manipulación sea más complicada. Esta ayuda física es probablemente lo que explica la prevalencia de células epidérmicas cónicas en los pétalos de la mayoría de las angiospermas.» El equipo logró observar la razón por la que las abejas preferían las flores con células cónicas gracias a cámaras de vídeo de alta velocidad. Los investigadores consiguieron ver que las abejas siempre lograban asirse a las flores que contenían células cónicas, mientras que la misma acción les costaba algo más en las flores con superficie lisa. Además, una vez agarradas a las células cónicas, las abejas podían permitirse dejar de batir las alas para recoger el néctar. Los investigadores verificaron a continuación si las abejas preferirían también las flores reales con células cónicas en un entorno natural. Para este fin compararon dragonarias de células cónicas con dragonarias mutantes de superficie lisa. Descubrieron que cuando las flores se encontraban en horizontal y las abejas no tenían que realizar demasiado esfuerzo, éstas acudían con la misma frecuencia a los dos tipos de flores. No obstante, si las flores se encontraban en vertical y aumentaba la dificultad para las abejas, las visitas a las dragonarias no mutantes aumentaron hasta el 74%. Expertos en el tema afirman que un 80% de las flores contienen células cónicas. Los investigadores que trabajaron en este estudio entienden que todos los polinizadores (insectos que transportan polen de una flor a otra) prefieren posarse en flores que poseen estas estructuras. «Para las abejas no es sencillo conservar el equilibrio y estabilizarse en una flor, sobre todo en condiciones de viento o humedad», explicó la Dra. Glover. «Es muy interesante observar que la evolución ha ideado una solución simple para dotar a las flores de una superficie similar al velcro para que las abejas puedan agarrarse.»
Países
Reino Unido