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Psychiatric Ratings using Intermediate Stratified Markers - Sofia ref.: 115916

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Una nueva investigación pone de relieve las similitudes biológicas entre los trastornos psiquiátricos y los neurodegerativos

El proyecto PRISM de la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI) propone un cambio de paradigma para desarrollar terapias más adecuadas y eficaces para los trastornos neuropsiquiátricos. El proyecto se aleja de los actuales métodos de clasificación para centrarse en la neurobiología subyacente de los pacientes.

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Los pacientes que padecen esquizofrenia, depresión grave o enfermedad de Alzheimer comparten algo más que la naturaleza neuropsiquiátrica de su enfermedad. En primer lugar, a pesar de que se cuenta con cincuenta años de investigación y descubrimientos farmacéuticos, el tratamiento de cada uno de estos tres trastornos todavía conlleva el uso de más de cien compuestos en concentraciones elegidas de manera empírica. En la mayoría de los casos, esto comporta una reducción de la eficiencia y problemas de tolerancia. El segundo punto de convergencia es, a diferencia del anterior, motivo de esperanza. Según se desprende recientemente de los estudios realizados en el campo de la etiología, existe más concurrencia entre los trastornos psiquiátricos y los neurodegenerativos de lo que se creía anteriormente. Este hecho, junto con la desaceleración de la innovación terapéutica a lo largo de las últimas décadas, exige un cambio de paradigma en el proceso de descubrimiento de fármacos. Dicho nuevo paradigma debería alejarse de una clasificación de los trastornos que desatiende en gran medida la neurobiología subyacente que da lugar a los síntomas. Cuantificación de las enfermedades neuropsiquiátricas PRISM (Psychiatric Ratings using Intermediate Stratified Markers) es pionero a este respecto. Al elaborar un enfoque biológico cuantitativo de la comprensión y clasificación de las enfermedades neuropsiquiátricas, el proyecto tiene por objeto desarrollar un nuevo marco que ayudaría a los médicos a informar mejor a sus pacientes sobre la complejidad y la gestión óptima de su enfermedad, pero, sobre todo, podría acelerar el descubrimiento y el desarrollo de unos tratamientos mejores. «El principal escollo en la creación de estos diagnósticos con validez biológica es la falta de biomarcadores objetivos», comenta el Dr. Martien Kas, profesor de Neurociencia del Comportamiento en la Universidad de Groningen y coordinador del coproyecto PRISM. «Además, la falta de conexión entre el diagnóstico y la etiología subyacente también ha generado dificultades en la investigación etiológica. Sin unas hipótesis mecanicistas claras, la generación de modelos de enfermedades adecuados y el desarrollo de tratamientos específicos se ven muy dificultados». PRISM ha recopilado amplios conjuntos de datos fenotípicos para comprender mejor las relaciones patofisiológicas subyacentes a los subgrupos de pacientes que son significativas desde el punto de vista biológico. El consorcio llevó a cabo, en particular, un análisis preliminar de grupos de perfiles de comportamiento, empleando datos recogidos de forma pasiva a través de una aplicación de teléfono inteligente. Esta última reveló tres perfiles sociales distintos, pero sorprendentemente, cada uno de estos perfiles incluía controles sanos, así como pacientes con esquizofrenia y enfermedad de Alzheimer. Se detectó cierta concurrencia entre los grupos de pacientes. «Evidentemente, estos nuevos grupos no son equivalentes a la categorización existente de pacientes basada en el diagnóstico. Los estudios en curso incluyen ahora detalles adicionales (como las neuroimágenes) de otros componentes de estudio. Este nuevo marco cuantitativo aportará tanto nuevas formas de clasificar los sujetos como conocimientos sobre los mecanismos biológicos subyacentes a estos perfiles», explica el Dr. Marston, segundo coordinador del coproyecto PRISM en nombre de la empresa Eli Lilly and Company. Próximos pasos de PRISM El consorcio de PRISM seguirá analizando sus bases de datos a lo largo de los próximos meses, además de recoger nuevos datos con dos futuras actividades de investigación en mente: replicar sus resultados clínicos iniciales en nuevas cohortes de pacientes e investigar los mecanismos neurobiológicos subyacentes a estos grupos de pacientes. Los doctores Kas y Marston esperan que el novedoso enfoque de PRISM contribuya a acelerar el desarrollo de terapias con una eficacia mejorada, así como nuevos mecanismos con una asignación más precisa al paciente óptimo. «Nuestro objetivo es aportar mejores soluciones a los crecientes desafíos de salud pública de la psiquiatría y la neurología», concluyen.


Palabras clave

PRISM, neurodegenerativa, enfermedad de Alzheimer, depresión grave, esquizofrenia, etiología, neurobiología, neuropsiquiatría, biomarcadores

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