Con objetivos claros: Congreso de la Comunidad Europea sobre VIH/SIDA, malaria y tuberculosis
La Comisión Europea inauguró el 13 de noviembre el Congreso Internacional sobre Enfermedades Relacionadas con la Pobreza. Durante los dos días que duró el congreso se habló acerca de las tres grandes enfermedades mortales: VIH/SIDA, malaria y tuberculosis (TB). Cerca de 450 destacados científicos, responsables políticos, representantes de empresas, ONG (con una representación importante en países en los que estas enfermedades son endémicas), organismos internacionales y expertos en enfermedades se reunieron en Bruselas para debatir sobre el efecto que produce y los retos a los que se enfrenta la investigación financiada con fondos comunitarios en lo relativo al control de dichas enfermedades. En su discurso de inauguración, el Comisario Janez Potocnik afirmó que «cinco millones de personas mueren al año a causa del SIDA y la malaria. ¿Cuesta hacerse una idea de la magnitud de esta tragedia? Imagínense que casi la totalidad de la población danesa desapareciera en un año debido a alguna enfermedad infecciosa. ¿Sería admisible? Todos conocemos la respuesta.» «Todo aquel que esté interesado y que tenga algún tipo de influencia debe responsabilizarse», continuó. «Debemos centrarnos y ser pragmáticos. Debemos concentrar nuestros esfuerzos en aquellas acciones que logren el mayor impacto.» El propósito de este congreso era definir los obstáculos en la investigación y aclarar el papel que la investigación apoyada por la CE puede desempeñar en la lucha contra estas tres enfermedades. El Comisario Potocnik indicó los principales objetivos de este evento: recuperar el impulso político para la continuación e intensificación de la investigación, informar sobre los trabajos científicos apoyados por la CE desde 2002 y escuchar el punto de vista de los agentes interesados pertinentes para establecer prioridades sobre las enfermedades relacionadas con la pobreza durante el tiempo que queda para que concluya el Séptimo Programa Marco (7PM). Es importante, declaró el Comisario Potocnik, asegurarse de que las enfermedades relacionadas con la pobreza reciben la atención que merecen. Mediante su Sexto Programa Marco (6PM), la Unión Europea destinó más de 450 millones de euros a I+D de nuevos fármacos, vacunas y estudios clínicos sobre enfermedades relacionadas con la pobreza, y en este momento hay en marcha más de 80 proyectos colaborativos en los que participan más de 250 grupos de investigación. También es importante identificar lagunas en la investigación que podrían cubrirse mediante acciones del 7PM o de otras iniciativas, señaló el Comisario Potocnik, y promover la implicación del sector público en la lucha contra estas enfermedades infecciosas. Entre otros asuntos, en el congreso se informó a los asistentes sobre el progreso de la asociación EDCTP (Programa de Ensayos Clínicos Europa-países en desarrollo) entre Europa y África. El EDCTP aprobó este año más de 80 millones de euros para la investigación del VIH/SIDA, la TB y la malaria, lo cual, según el Comisario Potocnik, representa «un impulso a la inversión europea en lo referente a la investigación de las enfermedades relacionadas con la pobreza y un estímulo para la cooperación entre investigadores europeos y africanos». La constante propagación mundial del VIH ha tenido consecuencias devastadoras. El SIDA se ha cobrado las vidas de veinte millones de personas durante los últimos veinte años y más de cuarenta millones de personas portan el virus. Cada año se diagnostican ocho millones de casos de tuberculosis (TB) activa y dos millones de personas mueren por esta razón, la cual es una de las causas de muerte más común en las personas infectadas con el VIH. El aumento de la resistencia a los fármacos contra la TB se ha convertido en un serio problema y, por ello, en uno de los objetivos de la salud pública a escala mundial. Se necesitan desesperadamente vacunas mejoradas puesto que la efectividad de las cepas antiguas disminuye. La malaria es un problema persistente de salud pública para casi el 40% de la población mundial: cada año cerca de trescientos millones de personas quedan infectadas y un millón mueren a causa de esta enfermedad. La resistencia a los medicamentos antimaláricos ha provocado que aumente el número de muertes. De acuerdo con la Comisión, se necesita con urgencia concentrar los esfuerzos de prevención y tratamiento. El Comisario Potocnik reconoció que también se requieren nuevos esfuerzos para crear incentivos para el desarrollo y la distribución de medicamentos nuevos y asequibles contra el VIH/SIDA, la malaria y la TB, y subrayó que el coste «no debería suponer una obstáculo para acceder a un tratamiento». También afirmó que el establecimiento de nuevas colaboraciones público-privadas sería positivo para los trabajos de investigación global contra estas enfermedades. Se refirió también a las principales incógnitas a las que se enfrentan los responsables políticos, investigadores y ONG que trabajan con estas enfermedades y concluyó que «encontrar soluciones a estas incógnitas es nuestro deber y, sin exagerar lo más mínimo, una cuestión de vida o muerte para muchas personas».