Un estudio arroja nuevos indicios sobre la resistencia al tamoxifeno
Un estudio a cargo de científicos del Reino Unido y Estados Unidos revela el porqué de que unos pacientes de cáncer de mama respondan positivamente al tamoxifeno mientras que otros desarrollen resistencia a este fármaco. En un artículo publicado en la revista Nature, explican que dos moléculas compiten por controlar un gen fundamental en el cáncer de mama que induce la división de las células cancerosas. Según los científicos, mientras que la proteína PAX2 trata de mantener inactivo dicho gen, impidiendo así la división celular, hay otra molécula, denominada AIB-1, que activa el gen y promueve el crecimiento del tumor. Los científicos hallaron que la proporción de PAX2 a AIB-1 permite predecir la eficacia de la terapia con tamoxifeno. «El tamoxifeno ha sido un fármaco enormemente eficaz, puesto que ha ayudado a prevenir la reaparición del cáncer de mama en muchas mujeres», indicó el profesor sir David Lane, científico jefe de Cancer Research UK, que respaldó este estudio. «Tiene una gran importancia entender el motivo de que no sea efectivo en algunos casos, ya que de esta forma podremos identificar nuevas dianas para el desarrollo de fármacos y sabremos quién requerirá un tratamiento distinto.» El tamoxifeno está diseñado para prevenir la reaparición del cáncer de mama. Normalmente se administra a los pacientes durante cinco años desde que se les diagnostica esta enfermedad por primera vez. Lamentablemente, algunos pacientes desarrollan resistencia a este medicamento, por lo que tienen mayores probabilidades de que el cáncer resurja. En muchas mujeres que padecen cáncer de mama, la hormona estrógeno se adhiere con firmeza a un receptor de las células cancerosas y hace que éstas se multipliquen. El tamoxifeno bloquea ese receptor y, de este modo, impide que el estrógeno induzca la proliferación descontrolada de células cancerosas, si bien por ahora sigue siendo un enigma el mecanismo exacto de esa acción. En este estudio, los científicos aplicaron lo más avanzado en tecnología genómica para averiguar en qué punto estaba en contacto el receptor del estrógeno con el genoma. «Ya éramos conscientes de que algunas mujeres desarrollaban resistencia al tamoxifeno, pero hasta ahora, con los conocimientos de que disponíamos acerca de esa resistencia, era como intentar reparar un vehículo averiado desconociendo el funcionamiento de su motor», explicó el autor principal del estudio, el Dr. Jason Carroll de Cancer Research UK. «Ahora ya sabemos cómo funcionan las piezas del motor y podemos empezar a buscar formas de reparar el problema.» Sus indagaciones revelaron que el tamoxifeno se vale de una proteína denominada PAX2 para desactivar el gen del cáncer de mama ERBB2. Se descubrió que la tasa de supervivencia de los pacientes que tomaban tamoxifeno y que tenían un nivel más elevado de PAX2 en muestras de su tumor era también más elevada que la de quienes tenían niveles más bajos. Por otra parte, se halló que en los tumores resistentes al medicamento era mayor el nivel de otra molécula denominada AIB-1. Esta molécula compite con la PAX2 para controlar la actividad del gen ERBB2: mientras que la PAX2 lo mantiene inactivo, la AIB-1 trata de activarlo. Al final, los científicos averiguaron que el equilibrio entre la PAX2 y la AIB-1 viene a dictar el nivel de actividad del ERBB2 y, en último término, determina si el tamoxifeno es eficaz o no. Los pacientes que presentaban el mejor pronóstico de todos eran quienes tenían muestras positivas de PAX2 y negativas de AIB-1, con una tasa de recurrencia del cáncer de tan sólo el 5,8%. Si bien estos resultados constituyen, sin lugar a dudas, un importante paso adelante hacia la comprensión plena del cáncer de mama, harán falta más investigaciones para transformar estos conocimientos en una prueba que pueda emplearse en el entorno clínico para predecir la respuesta probable de un paciente al tamoxifeno.
Países
Reino Unido, Estados Unidos