Los científicos profundizan en el conocimiento de los interruptores genéticos
Investigadores europeos han descubierto que el estrógeno puede provocar que los genes de las células del cáncer de mama se activen y desactiven más rápidamente de lo que se creía anteriormente. Los científicos esperan que sus conclusiones arrojen luz sobre las bases moleculares del cáncer y el desarrollo, en los que actúan estos interruptores de ADN. El trabajo, parcialmente financiado por la UE, ha sido publicado en la última edición de la revista Nature. Sólo un pequeño número de nuestros genes están activos en cualquiera de nuestros tejidos. Por ejemplo, un gen que está activo en una neurona no puede estar activo en una célula del hígado. Los mecanismos responsables de controlar qué genes se activan y cuándo son objeto de numerosas investigaciones. Uno de los mecanismos importantes se llama metilación del ADN, en la que un residuo químico conocido como grupo metilo se adhiere a las secciones del ADN. El grupo metilo interrumpe la actividad genética evitando que la maquinaria de la célula se adhiera al gen y active la producción de la proteína correspondiente. Hasta ahora, los científicos pensaban que la metilación era un proceso a largo plazo ya que las huellas de la metilación parecen estables e incluso se transmiten intactas cuando la célula se divide. Sin embargo, las últimas investigaciones demuestran que, en las células del cáncer de mama, el estrógeno y ciertas drogas pueden provocar rápidos cambios en la metilación. Cuando el estrógeno se retira del cultivo de la célula, o si las células son tratadas con doxorrubicina, un medicamento para combatir el cáncer, los grupos metilos desaparecen de las regiones reguladoras de ciertos genes en decenas de minutos. Con la eliminación de los grupos metilos, los genes se activan antes de que la remetilación vuelva a desactivarlos. Este proceso es cíclico, y se repite cada 1,5 horas. «Observamos que, en contra de lo que se ha creído durante mucho tiempo, la metilación puede actuar en un plazo de tiempo muy corto», señaló Sara Kangaspeska, del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL). «Los resultados desafían nuestro conocimiento de la epigenética como medio para regular la expresión genética permanentemente.» «Este nuevo descubrimiento abre el camino a la investigación de métodos que interfieran en el proceso de metilación», comentó Frank Gannon, de la Fundación Científica de Irlanda. «Esto es fundamental en cuanto a la expresión de los genes que son importantes en el cáncer y el desarrollo, así que se presenta como un área de investigación muy fructífera.» «Concretamente, el cáncer de mama se ve afectado por las marcas de estrógeno y los cambios en el control epigenético», añadió George Reid, también miembro del EMBL. «Nuestro siguiente paso será encontrar pequeñas moléculas que influyen en el proceso de metilación cíclico para aclarar cuál es su función precisa.» El trabajo recibió apoyo del proyecto CRESCENDO («Consorcio para la investigación sobre los receptores nucleares en el desarrollo y el envejecimiento») financiado por la UE, que, a su vez, se financia a través del área temática «Ciencias biológicas, genómica y biotecnología aplicadas a la salud» del Sexto Programa Marco (FP6).