Una vieja vacuna de la tuberculosis vuelve a ser útil gracias a ingeniería genética
Investigadores alemanes han aplicado técnicas de ingeniería genética para actualizar una vieja vacuna de la tuberculosis. La nueva vacuna, denominada VPM1002, está basada en la vacuna del bacilo de Calmette-Guérin (BCG), que se creó en 1921. La BCG es la vacuna contra la tuberculosis más común en el mundo, pero actualmente es ineficaz en muchos casos. La nueva vacuna es prometedora, puesto que ya ha llegado hasta la fase de ensayos clínicos, por lo que se espera que esté lista para su uso a escala mundial en un plazo máximo de diez años. La tuberculosis es una enfermedad que afecta principalmente a los pulmones. Se contagia con gran facilidad entre personas que pasan tiempo cerca las unas de las otras, y está muy extendida en los países en vías de desarrollo. Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de un tercio de la población mundial ha estado expuesta al patógeno de la tuberculosis. Cada año contraen esta enfermedad aproximadamente ocho millones de personas y fallecen dos millones por esta causa. La mayoría de personas que contraen la tuberculosis no llega a manifestar todos sus síntomas; el 90% de quienes han estado expuestos al patógeno experimenta lo que se denomina infección latente. No obstante, uno de cada diez casos de infección latente evoluciona hasta provocar la enfermedad. Quienes no reciben tratamiento específico tienen tan sólo un 50% de probabilidades de supervivencia. La tuberculosis es la causa principal de muerte entre quienes están infectados con el VIH. El tratamiento de la tuberculosis consiste en el aislamiento (para prevenir más contagios) y la administración de varias clases de antibióticos durante no menos de seis meses. Cada vez es más preocupante la resistencia a estos antibióticos; el creciente número de casos de resistencia a múltiples fármacos ya ha alcanzado cotas alarmantes. Los programas de vacunación son esenciales para la prevención de esta enfermedad, y no deja de cobrar importancia el desarrollo de vacunas nuevas y más efectivas. La VPM1002 está basada en la vacuna BCG, que fue desarrollada por el Instituto Pasteur de Francia y que actualmente se administra aproximadamente al 85% de los niños en 172 países. Pese a que su efectividad como medio de prevención es muy elevada en los niños, en adolescentes y adultos es muy variable (entre el 0% y el 80%). El profesor Stefan Kaufmann, Director del Instituto Max Planck de Biología de las Infecciones (Alemania), dirigió el equipo de investigadores que modificaron genéticamente el BCG para dar lugar a la VPM1002. Leander Grode, que en la actualidad lidera el proyecto en Vakzine Projekt Management GmbH (VPM), explicó: «La vacuna, debilitada, se modificó genéticamente para impedir que pueda esconderse del sistema inmunitario humano y para que, más bien, active las defensas del organismo». Esto fue posible mediante la inserción en la vacuna de un gen de otra bacteria, la Listeria. Las bacterias de la nueva vacuna son absorbidas por los macrófagos del sistema inmunitario humano y van a parar a su vesícula endocítica (fagosomas). La modificación genética introducida permite a dichas bacterias escaparse de los fagosomas, colocándose así en el mismo centro de la célula inmunitaria. El Dr. Grode explicó que «esto pone en alerta al resto del sistema inmunitario, de forma que está listo para repeler a patógenos auténticos de la tuberculosis». La VPM1002 estimula el sistema inmunitario humano para prevenir una infección del patógeno más común de la tuberculosis, el Mycobacterium tuberculosis. Ya se ha demostrado la efectividad de esta vacuna en modelos de animales, por lo que se han puesto en marcha ensayos en humanos. Las pruebas de seguridad y efectos a largo plazo de la vacuna pueden prolongarse hasta diez años. La investigación fundamental que permitió la creación de la VPM1002 estuvo a cargo del equipo del profesor Kaufmann en el Instituto Max Planck. La licencia de la vacuna se otorgó en 2004 a VPM, una asociación público-privada entre el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania (BMBF) y el Centro Helmholtz de Investigación sobre Infecciones.
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Alemania