Los bosques primarios son importantes sumideros de carbono, según revela un estudio
Los bosques primarios constituyen importantes sumideros de carbono para el planeta y deberían ser reconocidos como tales en el Protocolo de Kyoto, según un nuevo estudio financiado con fondos comunitarios y publicado en la revista Nature. Los autores del estudio, un equipo internacional de científicos, concluyeron que los bosques primarios del hemisferio norte retienen hasta el 10% del total de dióxido de carbono (CO2) absorbido a escala mundial. Este descubrimiento pone en duda la creencia generalizada de que estos bosques viejos tienen un balance neutro de carbono. Tal creencia se fundamenta en un estudio del científico estadounidense Eugene Odum que data de los años sesenta, que aparentemente demostraba que los bosques de más de ciento cincuenta años de antigüedad emiten tanto CO2 a la atmósfera como el que absorben, de forma que su balance global de carbono sería neutro. Pese a que aquel estudio se fundamentaba solamente en diez años de datos de una única plantación, sus conclusiones pronto se aceptaron como axioma en este campo. «Esto es lo que llevan décadas enseñando en las clases de ecología. Pero no estaba basado más que en observaciones de un único estudio sobre un tipo concreto de bosque. Sencillamente, lo que afirmaba no se cumple en todos los casos», señaló Beverly Law, catedrática de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos) y una de las autoras del estudio. Para este estudio, científicos de Bélgica, Francia, Alemania, Reino Unido, Suiza y Estados Unidos examinaron datos procedentes de 519 bosques primarios. Lo que descubrieron fue que, al contrario de tener un balance neutro de carbono, la mayoría de los bosques de entre 15 y 800 años de antigüedad constituían sumideros de carbono, puesto que absorbían más carbono del que emitían. Los bosques primarios del hemisferio norte representan el 15% de la superficie boscosa total en el mundo. Los científicos calculan que estos bosques antiguos absorben por sí solos alrededor de 1,3 gigatoneladas de carbono al año, lo que equivale al 10% del CO2 neto absorbido en todo el mundo. Al calcular los presupuestos de carbono, el Protocolo de Kyoto abarca las actividades de forestación, reforestación y deforestación, y no considera como actividad humana el hecho de dejar intactos los bosques. Sin embargo, los datos de este nuevo estudio indican a las claras que los bosques primarios son, en realidad, importantes sumideros de carbono. Si estos bosques sufrieran algún daño, liberarían sus ingentes reservas de carbono a la atmósfera. «Los bosques primarios contienen cantidades colosales de carbono, que han acumulado constantemente con el paso de los siglos», afirman los investigadores. «Si sufrieran algún daño verterían a la atmósfera gran parte de su carbono. Así pues, las reglas de contabilidad del carbono establecidas para los bosques deberían premiar el hecho de respetar la naturaleza virgen de los bosques primarios.» Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para aquellos países que poseen grandes masas boscosas antiguas, ya que la tarea de compensar las emisiones de gases de efecto invernadero podría resultar más sencilla si dejaran sus bosques intactos. «Si en determinado país hay preocupación por el modo de compensar las emisiones de gases de efecto invernadero y consideran sus bosques viejos únicamente desde la perspectiva del carbono, lo más acertado sería dejarlos en paz», indicó la Sra. Law. Además, a la vista de estos resultados, habrá que modificar las simulaciones computacionales del cambio climático para que reflejen esta función recién descubierta de los bosques primarios en el ciclo global del carbono. Este estudio recibió apoyo de la UE por medio del proyecto CarboEurope (Evaluación del balance de carbono terrestre europeo), financiado a su vez a través del área temática «Desarrollo sostenible, cambio climático y ecosistemas» del Sexto Programa Marco (6PM).