Las urracas se reconocen en el espejo
Un estudio alemán publicado el martes pasado en PLoS Biology desvela que las urracas, al igual que algunos simios, delfines y elefantes, tienen la capacidad de reconocerse a sí mismas en el espejo. Los resultados confirman la idea de que reconocerse a uno mismo no es una característica exclusiva de los «mamíferos superiores» y, aún más, que el neocórtex del cerebro de los mamíferos no es una condición previa para la autoconciencia, como se pensaba anteriormente. Las urracas, como los arrendajos, son aves que almacenan comida, y recuerdan dónde la han guardado y a los «amigos» que han visto cómo la depositaba en ese lugar. Esto indica un nivel bastante elevado de comprensión social, que llevó a pensar al psicólogo Helmut Prior de la Universidad de Frankfurt y a sus colegas que las urracas, como otras aves de cerebro grande, puede que tengan otras capacidades cognitivas avanzadas, como la empatía y la capacidad de perspectiva. Ya que se cree que estas cualidades han evolucionado junto a la capacidad de reconocer el reflejo de uno mismo en un espejo, los investigadores estudiaron a un grupo de urracas que observaba su reflejo en el espejo. La prueba del autorreconocimiento en el espejo no es tan simple como poner a un animal frente al espejo y mirarlo como ataca o corteja su imagen: se coloca una marca visible en algún lugar del animal que no pueda ser vista a no ser en el espejo, y se registra la reacción del animal al ver la marca. En el estudio que nos ocupa se colocó una marca de color intenso sobre las plumas negras de debajo del pico; las urracas reaccionan para ver la marca rascándose o explorándola. (No tuvieron ninguna reacción a una marca negra que se colocó en el mismo lugar, lo que confirma que no estaban sólo irritadas por la pintura.) La reacción de las urracas a la marca demostró que sabían que la imagen del espejo era el reflejo de ellas mismas y no de otra ave. Está generalmente admitido que en los mamíferos y, concretamente en los humanos, la parte del cerebro que se corresponde con las capas del neocórtex es la responsable de la capacidad de reconocerse a uno mismo. El autorreconocimiento en las urracas es por lo tanto sorprendente, ya que las estructuras del prosencéfalo de las aves y los mamíferos se separaron en el proceso evolutivo hace unos tres millones de años, y las aves no desarrollaron las capas del neocórtex. Así que, si los mamíferos y las aves pueden experimentar el autorreconocimiento y la empatía, esto significaría que estas complicadas capacidades cognitivas se desarrollaron de forma independiente en ambos grupos y que han llegado a ser posibles gracias a estructuras cognitivas muy diferentes. El Profesor Prior y sus colegas advirtieron de que sus resultados demostraban «únicamente que las urracas son capaces de comprender que la imagen reflejada en un espejo pertenece a su propio cuerpo», y no que éstas atractivas aunque molestas aves de ciudad experimentan «el autorreconocimiento o autorreflejo típico de los humanos». No obstante, la prueba del autorreconocimiento en las urracas demuestra que la capacidad para distinguirse a sí mismas y a los demás se desarrolló de manera independiente en los mamíferos y las aves, y además aporta un valioso conocimiento acerca de la evolución cognitiva.
Países
Alemania