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Las señales de los órganos del cuerpo son importantes para la investigación de la diabetes

Un proyecto de investigación conjunto entre Suecia y los Estados Unidos ha descubierto una red de señales desconocida hasta ahora de la que participan las células pancreáticas. Este descubrimiento tiene potencial para revolucionar de forma significativa el tratamiento de la di...

Un proyecto de investigación conjunto entre Suecia y los Estados Unidos ha descubierto una red de señales desconocida hasta ahora de la que participan las células pancreáticas. Este descubrimiento tiene potencial para revolucionar de forma significativa el tratamiento de la diabetes. La diabetes tiene un impacto enorme en la vida de muchas familias de todo el mundo que puede medirse tanto en términos económicos como en vidas humanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la diabetes causó 3,8 millones de muertes en todo el mundo durante el año 2007. En Europa, cerca del 7,8% de la población sufre de diabetes. Más de 48 millones de adultos europeos entre los 20 y los 79 años la padece, con tasas generalmente más altas en los países de la Europa central y oriental. Un nuevo descubrimiento de los científicos del Instituto Karolinska (Suecia) y de la Universidad de Miami (USA) podría desembocar en el desarrollo de tratamientos novedosos para combatir esta enfermedad. El equipo ha descubierto que las células pancreáticas cooperan y se comunican de una forma que había pasado desapercibida hasta ahora. Los científicos saben desde hace tiempo que ciertas hormonas del páncreas ayudan a regular la glucosa. Concretamente, las células beta del páncreas producen insulina, que reduce la glucemia, mientras que las células alfa producen glucagón que, aumenta la glucemia. La glucosa debe permanecer dentro de un intervalo de valores muy reducido y toda persona necesita mantener un correcto equilibrio tanto de insulina como de glucagón para no enfermar. El objetivo del proyecto fue el de descubrir cómo regula la glucemia (la concentración de glucosa en la sangre) un cuerpo sano. Per-Olof Berggren es profesor de endocrinología experimental en el Instituto Karolinska y también el director de esta investigación. «Una persona que tenga niveles bajos de azúcar en la sangre se siente sin fuerzas y puede desmayarse. En cambio, si la glucemia es demasiado alta se tiene diabetes», explicó. El equipo del profesor Berggren centró sus esfuerzos en la secreción de glucagón, la cual no ha recibido tanta atención científica como la secreción de insulina. Lo que descubrieron fue que las células alfa también segregan glutamato, lo que facilita la emisión de glucagón y aumenta su efectividad. Los científicos empezaron a trabajar con la hipótesis de que, cuando aumenta el nivel de glucosa de alguien sano, las células beta se activan y comienzan a segregar insulina, lo que reduce la concentración de azúcar en la sangre. Entonces las células alfa empiezan a segregar glucagón y glutamato. En este contexto, el glutamato ejerce la función de señal positiva que indica a las células alfa que ha llegado el momento de acelerar la producción de glucagón para evitar que el nivel de glucosa baje demasiado. «Nuestro descubrimiento consiste en esta vía de señalización», señaló el profesor Berggren. «Esta interacción entre las células beta y las alfa es crucial para una regulación normal de la concentración de azúcar en la sangre.» Este descubrimiento también implica que, cuando las células beta dejan de producir insulina de forma adecuada, la vía de señalización de las células alfa también se bloquea, lo que altera aún más el equilibrio de la glucosa. Los científicos esperan que lo que han descubierto sobre esta vía de señalización sirva para impulsar la investigación clínica de la diabetes. «Puede que seamos capaces de regular mejor el azúcar en la sangre de los pacientes diabéticos si nos centramos más en el par glucagón/glutamato que sólo en la insulina», indicó el profesor Berggren.

Países

Suecia, Estados Unidos

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