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La dieta mediterránea durante el embarazo podría reducir el riesgo de asma y alergias en los niños

Las mujeres que siguen una dieta mediterránea durante el embarazo podrían disminuir de esta forma el riesgo de sus hijos de padecer asma y alergias, según un nuevo estudio. El trabajo, que fue cofinanciado por la UE, se ha publicado en la revista Thorax. La dieta mediterráne...

Las mujeres que siguen una dieta mediterránea durante el embarazo podrían disminuir de esta forma el riesgo de sus hijos de padecer asma y alergias, según un nuevo estudio. El trabajo, que fue cofinanciado por la UE, se ha publicado en la revista Thorax. La dieta mediterránea se caracteriza por unas cantidades altas de alimentos vegetales, como frutas y verduras, pan y cereales, legumbres y frutos secos, así como cantidades moderadas de productos lácteos y huevos. En esta dieta se consume también pescado con regularidad, y esto, sumado al aceite de oliva, constituye la fuente principal de grasa. En cambio, la carne roja se consume sólo en cantidades pequeñas. Varios estudios han relacionado la dieta mediterránea con unos niveles más bajos de obesidad, hipertensión, enfermedades coronarias y diversas formas de cáncer. En 2007, algunos de los científicos que participaron en este estudio ya publicaron una investigación que mostraba que la dieta mediterránea en la infancia protege contra los síntomas del asma y la rinitis alérgica. Sin embargo, hasta ahora nadie había estudiado el efecto de la dieta mediterránea durante el embarazo sobre la incidencia de las alergias y el asma en los niños. Los investigadores estudiaron a más de 450 parejas de madres e hijos en la isla de Menorca, desde el embarazo hasta los seis años y medio de edad del niño. Se emplearon cuestionarios sobre frecuencia de consumo de determinados alimentos con objeto de evaluar la dieta de las madres durante el embarazo y la dieta de los niños a los seis años. En los controles posteriores, los padres proporcionaron también información sobre los síntomas de alergias y problemas respiratorios de los niños y se estudió la respuesta de los niños a seis alérgenos comunes, entre ellos el polen de hierbas y el epitelio de gato. Se puntuó la dieta de las madres durante el embarazo de cero a siete, según su grado de cumplimiento de la «dieta mediterránea tradicional». Se asignó un punto por cada componente de la dieta que se consumía en cantidades superiores a la media (verduras, legumbres, frutas y frutos secos, cereales, pescado y productos lácteos). Puesto que se supone que la carne es perjudicial, las mujeres que comían menos carne de la media recibían un punto más. Una puntuación de entre cuatro y siete se consideró una dieta mediterránea de gran calidad. Los cuestionarios revelaron que casi dos tercios de las mujeres seguían una dieta mediterránea de gran calidad durante el embarazo. A los seis años de edad, poco más del 13% de los niños padecía asma persistente; el 17% reaccionaba positivamente a alérgenos en pruebas cutáneas; y casi el 6% experimentaba síntomas similares al asma además de dar positivo en las pruebas cutáneas. Los científicos concluyeron que las mujeres que seguían una dieta mediterránea de gran calidad durante el embarazo tenían una probabilidad considerablemente mayor de que sus hijos no padecieran síntomas de asma ni alergias que las mujeres cuya nutrición era peor desde el punto de vista de la dieta mediterránea. Se demostró que la influencia de la dieta de la madre era independiente de los efectos positivos de una dieta mediterránea durante la infancia. Los componentes de la dieta que, en apariencia, tienen efectos especialmente destacados son el consumo de verduras más de ocho veces a la semana, el consumo de pescado al menos tres veces a la semana y tomar al menos una ración de legumbres a la semana. En cambio, aparentemente el consumo de carne roja tres o cuatro veces a la semana aumentaba los riesgos. Los científicos señalan que se necesitan más estudios para comprender con exactitud por qué la dieta mediterránea tiene un efecto protector tan claro contra el asma y las alergias. Sin embargo, comentan que los resultados de su estudio «probablemente reflejan una exposición fetal alta a varios compuestos antioxidantes y su efecto de protección contra el daño causado por el estrés oxidativo en los tejidos pulmonares». Los cereales, las frutas, las verduras y las legumbres son ricas en compuestos antioxidantes como las vitaminas C y E. El aceite de oliva contiene también antioxidantes y posee otras propiedades favorables. Además, los ácidos grasos que contienen los aceites de pescado tienen efectos antiinflamatorios. Asimismo, los investigadores destacan la importancia del período de tiempo idóneo para la exposición a estos importantes componentes. En los sistemas que tardan más tiempo en desarrollarse, como el respiratorio y el inmunológico, los beneficios de los compuestos antioxidantes podrían ser mayores en las fases iniciales del desarrollo, cuando el niño se encuentra aún en el útero. «En consecuencia, el efecto protector de la dieta mediterránea contra el desarrollo de asma y alergias podría ser más alto durante el embarazo que durante la infancia», escriben los científicos. «Esto coincide con nuestros resultados, que indican que el cumplimiento materno de una dieta mediterránea durante el embarazo tiene un efecto más fuerte e independiente sobre la probabilidad de padecer asma persistente y atopia que la dieta en la infancia.» Una vez más, se necesita más investigación para definir el período de exposición idóneo y también para determinar si los efectos protectores de la dieta de la madre durante el embarazo se extienden a edades infantiles mayores. El apoyo comunitario a esta investigación provino de los proyectos NewGeneris («Recién nacidos y riesgos de exposición a genotóxicos») y GA2LEN («Red europea global sobre la alergia y el asma»), ambos financiados mediante la prioridad temática «Calidad y seguridad de los alimentos» del Sexto Programa Marco (6PM).

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