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Coordinating and integRating state-of-the-art Earth Observation Activities in the regions of North Africa, Middle East, and Balkans and Developing Links with GEO related initiatives towards GEOSS

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GEO-CRADLE: las actividades de Observación de la Tierra en el Norte de África, Oriente Próximo y los Balcanes benefician a ciudadanos y empresas

GEO-CRADLE, que cuenta con una activa comunidad de partes interesadas, ayudó a las regiones del Norte de África, Oriente Próximo y los Balcanes a optimizar el uso de los datos de Observación de la Tierra. Los servicios y datos coordinados e integrados de Observación de la Tierra favorecen ahora el desarrollo sostenible local e iniciativas mundiales.

La Observación de la Tierra (OT) es un instrumento valioso para vigilar diferentes facetas del desarrollo sostenible, como la agricultura y la productividad alimentaria, los recursos hídricos, la calidad del aire, la energía limpia y el cambio climático. El proyecto GEO-CRADLE, apoyado por la Unión Europea y auspiciado por el Observatorio Nacional de Atenas (ONA), se creó para maximizar el uso de los recursos de OT en todo el Norte de África, Oriente Próximo y los Balcanes (NAMEBA, por sus siglas en inglés), con vistas a avanzar hacia el desarrollo sostenible.

Dar prioridad a los usuarios finales

En GEO-CRADLE se empezó por llevar a cabo un inventario de la capacidad de OT disponible en la región de NAMEBA para comprender mejor la capacidad de vigilancia, modelización y computación. Luego se creó una plataforma de redes para presentar el estado de la capacidad regional, así como para organizar y sostener una comunidad de partes interesadas encargada de mejorarla. En GEO-CRADLE se organizaron diecisiete talleres regionales para mostrar el potencial de la OE a nuevos usuarios finales, en particular para las zonas con brechas de conocimiento reconocidas. Esos actos también dieron a los participantes la oportunidad de entablar nuevas colaboraciones, tales como asociaciones para tratar cuestiones de interés común, tanto a nivel regional como nacional. Se designaron dos coordinadores regionales (uno para la región de Oriente Próximo y Norte de África; otro para los Balcanes, además de Chipre e Israel) con el fin de organizar los talleres conjuntamente. Este enfoque también permitió hacer frente a los problemas que pudieran surgir debido al amplio alcance geográfico del proyecto y su diversidad de culturas, idiomas y políticas. «Implicar desde un principio a los usuarios finales para crear productos y servicios conjuntamente fue crucial para garantizar el éxito de su uso», afirma Haris Kontoes del ONA, coordinador del proyecto GEO-CRADLE.

La luz de los programas piloto

En GEO-CRADLE se llevaron a cabo cuatro proyectos piloto temáticos en los ámbitos identificados como prioridades regionales: adaptación al cambio climático, mejora de la seguridad alimentaria y gestión de los recursos hídricos, acceso a las materias primas y acceso a la energía. Por poner un ejemplo de una iniciativa piloto de éxito, en Egipto se creó un atlas solar para poder identificar las mejores ubicaciones para instalar parques fotovoltaicos y plantas solares. Como resultado, se construyeron nuevas instalaciones solares en veintinueve lugares, tales como Benban, en la gobernación de Asuán, donde un complejo fotovoltaico de 1,8 GW proporcionará energía ecológica a más de ochenta mil hogares, a la vez que contribuirá a ampliar la matriz energética de Egipto. De hecho, el impacto del atlas solar se ha mencionado en el ámbito ministerial de Egipto en varias ocasiones, incluso por parte del ministro de Electricidad y Energía Renovable, que destacó su potencial para: «Cumplir el mandato de los inversores y proveedores de fondos, dando lugar a mejores esquemas de producción energética y, por tanto, a una mayor satisfacción del cliente». La inteligencia artificial y las técnicas de aprendizaje automático fueron indispensables para que GEO-CRADLE pudiera admitir en tiempo real la complejidad y el volumen de los datos de OT, útiles para sus productos y servicios. «Las actividades y herramientas vanguardistas de GEO-CRADLE contribuyeron a que nuestra comunidad de usuarios comprendiera mejor el impacto del cambio climático y diseñara formas de responder en consecuencia», explica Hesham El-Askary, coordinador regional para Oriente Próximo y el Norte de África y colaborador en la redacción del capítulo sobre desertificación contenido en el informe de agosto de 2019 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

Establecer los estándares

«Las soluciones de GEO-CRADLE guían las decisiones de varias autoridades de NAMEBA sobre el mapeo a gran escala del clima, los alimentos y las materias primas, así como la detección de posibles cambios y anomalías», señala Kontoes. En vista del resultado favorable de GEO-CRADLE, algunas actividades continuarán e, incluso, prometen hacerse extensivas a zonas y regiones fuera del alcance del proyecto. De hecho, GEO-CRADLE es ahora oficialmente una Iniciativa del Grupo de Observaciones de la Tierra y expandirá sus servicios tanto en el ámbito geográfico, al Mar Negro, como en el temático, para respaldar tres áreas prioritarias: el cambio climático, la gestión de desastres y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Palabras clave

GEO-CRADLE, Objetivos de Desarrollo Sostenible, gestión de desastres, solar, medio ambiente, Observación de la Tierra, datos, cambio climático, agua, alimentos, inteligencia artificial, aprendizaje automático

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