Un proyecto internacional sigue la pista a la gripe aviar
Un nuevo programa de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con sede en Roma, utiliza el sistema de posicionamiento global (GPS) en la observación de las aves migratorias para determinar la propagación de la gripe aviar. Los Estados miembros asumen el 30 por ciento de los gastos del proyecto. Cuando se detectan casos de H5N1, el procedimiento habitual es destruir bandadas enteras de aves para evitar la propagación del virus. Los humanos pueden contraer el virus por contacto directo con aves infectadas, situándose la tasa de mortalidad por encima del 50 por ciento. Algunos investigadores temen que la mutación del virus favorezca el contagio entre humanos, provocando una pandemia letal. Y es que, para cuando nos llega la noticia de la infección, el virus ya ha hecho estragos y no queda más que recoger las pruebas de la propagación. Para comprender cómo puede el virus infectar a las gallinas alojadas en jaulas de batería, primero debemos conocer los modelos de migración de las aves. Los delegados de la FAO y la Organización Mundial para la Salud Animal reunidos en mayo se fijaron como objetivo mejorar el conocimiento del comportamiento de las aves migratorias y, más importante aún, de la interacción de estas aves con los animales domésticos y de corral. El grupo dirigido por la FAO se encuentra actualmente en Mongolia; su misión consiste en sujetar unidades miniaturizadas de GPS a cisnes migratorios que permitan seguir su recorrido invernal. "Estamos estudiando el posible papel de las aves salvajes en la propagación del H5N1", indica el doctor Scott Newman, coordinador internacional de Vida Silvestre de la FAO en Roma para la gripe aviar. "Si bien es cierto que las aves domésticas y de corral constituyen el primer espacio de movimiento, no se puede descartar la participación de las aves migratorias". La FAO, en cooperación con el organismo de estudios geológicos del Gobierno de Estados Unidos, la organización "Wildlife Conservation Society" (WCS) y la Academia de Ciencias de Mongolia, seleccionó como objeto de estudio el cisne cantor, gran víctima de la migración anual al Oeste del invierno de 2005-2006. "El proyecto de cisne cantor en Mongolia demuestra la importancia que da la FAO al conocimiento de la relación entre salud agrícola, silvestre y humana", afirma el doctor Newman. El tamaño de las bandadas es tal que ha sido imposible hasta ahora determinar el destino de cada ave. La tecnología ha brindado a los investigadores la posibilidad de desarrollar una pequeña "mochila" con GPS de alimentación solar, diseñada para registrar la ubicación del animal. La mochila acabará desprendiéndose, pero no antes de haber acumulado valiosa información sobre las rutas migratorias del ave. Han contribuido al proyecto Alemania, España, Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido y Suecia.
Países
Alemania, España, Francia, Italia, Mongolia, Países Bajos, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos