Sensores marinos de última generación para proteger los océanos
El medio marino desempeña un papel fundamental a la hora de propiciar la vida en la Tierra a través de la regulación del clima y la absorción de dióxido de carbono. También sostiene diversas actividades económicas, contribuyendo a la prosperidad, el bienestar social y la calidad de vida de la ciudadanía. No obstante, en la actualidad los ecosistemas marinos se encuentran amenazados por la contaminación, las repercusiones del cambio climático y la pérdida de biodiversidad y hábitats. De cara a controlar su estado, resulta necesario disponer de tecnologías de sensores que sean rentables. A día de hoy, entre las mayores limitaciones de estas tecnologías se cuentan su incapacidad para funcionar de manera autónoma y la constante necesidad de puesta a punto, lo que deriva en unos costes de mantenimiento elevados. Estos problemas pueden solventarse gracias a sensores rentables que funcionan de forma autónoma, reduciendo las tareas de mantenimiento y la intervención humana. El proyecto financiado con fondos europeos COMMON SENSE ha diseñado, desarrollado y puesto a prueba diversos prototipos de sensores de última generación para realizar labores de seguimiento marino in situ. Según el coordinador técnico Sergio Martínez: «Los sensores servirán para aumentar el volumen de datos estandarizados disponible sobre eutrofización, concentraciones de metales pesados, microplásticos y ruido submarino, además de otros parámetros como la temperatura, el pH y la pCO2». Estos sensores representan un gran avance en el campo de la gestión de datos marinos dado que incrementan la capacidad de los científicos para evaluar condiciones ambientales que afectan al ecosistema marino en su conjunto. También ayudarán a proteger la vida marina, a mitigar los efectos del cambio climático y de las actividades antrópicas y a promover la investigación en el campo de las ciencias marinas. Los sensores se han instalado, probado y validado en diversas condiciones en el océano Ártico y en los mares Mediterráneo, Báltico y de Noruega. El sistema se integrará en diferentes plataformas marinas, reduciendo significativamente los costes de las tareas de muestreo y seguimiento. Además, los sensores transmitirán datos a sistemas nuevos y ya existentes y serán compatibles con el Sistema Mundial de Observación de los Océanos (GOOS) y con el Sistema de Sistemas de Observación Mundial de la Tierra (GEOSS). La iniciativa también contribuirá a la implantación de la Directiva marco sobre la estrategia marina (DMEM) y otras políticas de la UE tales como la política pesquera común. Conforme a la DMEM, los Estados miembros deben evaluar la situación general en que se encuentran sus medios marinos y adoptar las medidas necesarias para propiciar el buen estado ambiental (GES) para el año 2020. Asimismo, la nueva generación de sensores dispondrá de capacidad para compartir datos. «Los sensores desarrollados son unidades inteligentes capaces de funcionar de forma autónoma o bien estar gestionadas por una plataforma de sensores de recogida de datos. Incluyen un procesador para la gestión de transductores, una interfaz de comunicación y conversión de datos, y pueden operar de manera autónoma», afirma Sergio Martínez. La rentabilidad de los novedosos sensores creados por COMMON SENSE propiciará un ahorro de millones de euros a escala europea al posibilitar la recogida de muestras in situ y al reducir los costes y los recursos necesarios a la hora de recabar datos. Gracias al preprocesador incorporado en los sensores, resulta posible interpretar y enviar información en tiempo real directamente a la plataforma de comunicaciones. La mayor disponibilidad de datos normalizados recopilados in situ y la cobertura temporal y geográfica de los sensores marinos instalados sobre el terreno aumentarán la contribución europea al seguimiento global de los océanos. También se abaratará el coste del sistema que se emplea en la actualidad para la recopilación de datos y se mejorará la gestión de actividades marítimas tales como la pesca. Finalmente, el proyecto COMMON SENSE representa un ejemplo para que socios de toda la Unión Europea establezcan colaboraciones centradas en cuestiones ambientales de relevancia. «No sólo hemos desarrollado nuevas tecnologías y soluciones, también las hemos llevado al ámbito práctico y ya pueden emplearse en situaciones reales», concluye Sergio Martínez.
Palabras clave
Marino, sensores, COMMON SENSE, gestión de datos