La respuesta de los mamíferos a los cambios ambientales
A día de hoy, el ritmo al que se produce la pérdida de biodiversidad es cien veces superior al que se había visto hasta ahora. Como uno de los principales factores causantes de esta catastrófica pérdida, el cambio climático supone un considerable desafío medioambiental en todo el mundo. Con el propósito de entender en mayor medida las consecuencias del cambio climático sobre la biodiversidad, la iniciativa ARC (Adaptive responses to climate change), financiada por la Unión Europea, se centró en estudiar la respuesta de la marmota alpina a los cambios ambientales. La marmota alpina (Marmota marmota, una especie que hiberna) forma parte del ecosistema de los Alpes. Se trata de un entorno muy vulnerable al cambio climático, por lo que este roedor representa una especie modelo ideal. Los investigadores se sirvieron de datos recabados durante 22 años —desde 1991 hasta el año 2013— gracias a 1 329 ejemplares capturados para evaluar el nivel de vulnerabilidad o resiliencia de las poblaciones de marmotas frente al actual cambio climático. Durante el periodo de veintidós años abarcado por el estudio, la temperatura ambiente de las primaveras se incrementó, las sequías estivales se volvieron más frecuentes y los inviernos más rigurosos. Se detectó una disminución en el tamaño de las crías a consecuencia de estos cambios ambientales, y los análisis preliminares revelaron la existencia de las modificaciones correspondientes en la dinámica de estas poblaciones. Investigar las alteraciones relativas al tamaño, la masa y la temperatura corporal —tres características físicas estrechamente ligadas con la reproducción y la supervivencia— puede proporcionar conocimientos sobre los mecanismos que subyacen a la relación entre las variables ambientales y la dinámica poblacional. En el transcurso de los veintidós años que duró el estudio, el tamaño de las marmotas alpinas decreció, aunque su masa corporal se mantuvo constante. También se determinó que el tamaño se modificaba únicamente en el caso de producirse variaciones interanuales en las condiciones ambientales de la primavera. Por su parte, la masa se veía más afectada por las condiciones estivales e invernales. Sin embargo, ninguna de estas alteraciones en los rasgos conllevaba respuesta genética alguna a la selección. A través de registrar la temperatura corporal de cuarenta ejemplares durante dos años, los investigadores descubrieron que las marmotas eran capaces de regular dicha temperatura dependiendo de las condiciones ambientales, tanto en períodos de hibernación como activos. Durante los primeros, la temperatura corporal de las marmotas se ajustaba a la temperatura ambiental específica de las madrigueras, que puede preservarse gracias a la colaboración de la comunidad. Fuera de estos períodos, tanto la temperatura corporal como el nivel de actividad de las marmotas presentaron una elevada flexibilidad. En verano, los patrones asociados a ésta revelaron variaciones temporales dependientes de la temperatura atmosférica, la pluviosidad y la velocidad del viento. En concreto, los investigadores identificaron bajas temperaturas corporales —inferiores a treinta y dos grados centígrados— y una actividad reducida durante los días fríos y lluviosos del período activo. De esta forma, las marmotas reaccionan a las condiciones ambientales más rigurosas entrando en un letargo diario —una suerte de estado de hibernación breve— hasta que mejoran dichas condiciones. Si las marmotas pueden adaptarse a los cambios ambientales ajustando su tamaño, masa y temperatura corporal, los ejemplares mejor dotados para ello deberían tener más descendencia y probabilidades de sobrevivir. Por ende, evaluar las complejas relaciones existentes entre los rasgos y su plasticidad frente al cambio ambiental incrementará la capacidad de los investigadores para determinar si dicha plasticidad se trata o no de una respuesta de adaptación al citado cambio. Asimismo, esto esclarecería si las marmotas pueden ser lo suficientemente resistentes como para sobreponerse al cambio climático venidero. Entender la forma en que el cambio climático afecta a las probabilidades de supervivencia de una población vulnerable de mamíferos —gracias a una estrategia centrada en los mecanismos de adaptación como la adoptada en esta investigación— ayudará a los responsables políticos a la hora de prever alteraciones en las poblaciones y a desarrollar estrategias en materia de conservación.
Palabras clave
Mamíferos, cambio climático, biodiversidad, marmota alpina, temperatura corporal, hibernación, tamaño corporal, Alpes franceses