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Biopolymers from syngas fermentation

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Bioplásticos a partir de residuos

Investigadores financiados con fondos europeos utilizaron biorresiduos, residuos agrícolas y otros tipos de residuos ricos en carbono para producir bioplásticos capaces de competir en el mercado con otros productos similares. Su estrategia podría dar lugar a nuevas oportunidades de negocio y contribuir a la transición de Europa hacia una economía postcarbónica.

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Si bien el potencial comercial de las alternativas respetuosas con el medio ambiente a los plásticos basados en combustibles fósiles es enorme, el coste sigue siendo un factor determinante. «Para lograr su viabilidad comercial, los bioplásticos deben competir en precio con los plásticos basados en el petróleo», explica el profesor Jose Luis García López, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CSIC) y coordinador del proyecto. «Una forma de lograrlo es aprovechar los residuos existentes, como los que producen los hogares y acaban en los vertederos o los lodos derivados de las depuradoras de agua». Otro importante beneficio se extrae evitando en Europa el despilfarro de cantidades ingentes de dinero en el transporte a larga distancia de residuos sólidos urbanos desde las ciudades o los estados a los vertederos, que constituyen un problema medioambiental a largo plazo. La valorización de estos residuos ahorraría dinero a las autoridades municipales, sería positiva para el medio ambiente e impulsaría la industria dedicada a la conversión de los residuos. Aprovechar los beneficios de los residuos biológicos El principal logro del proyecto financiado con fondos europeos SYNPOL fue utilizar esta oportunidad mediante el desarrollo de un proceso viable con el que convertir con eficacia residuos en biopolímeros. El sistema funciona convirtiendo residuos biológicos complejos en gas de síntesis, con el cual se alimenta un biorreactor bacteriano donde tiene lugar el proceso de fermentación. De esta forma se crean polihidroxialcanoatos (PHA) y compuestos fundamentales para la creación de biopolímeros nuevos. Los investigadores descubrieron que la paja era el material más prometedor para la producción de gas de síntesis. También se lograron importantes avances en la optimización de la producción resultante de la fermentación que realizan los microorganismos. «Este proceso ofrecerá una alternativa viable que ayude a reducir los residuos que acaban en los vertederos así como el impacto que ejercen los plásticos petroquímicos», informó García. Además, la tecnología de fermentación de gas de síntesis da paso a la aparición de nuevos sistemas para la conversión de distintos biorresiduos industriales. Todo ello reforzará los eslabones de la cadena de suministro que conectan, por ejemplo, a productores y conversores de residuos y creará oportunidades nuevas en industrias como la alimentaria, farmacéutica, del envasado y del reciclaje. De hecho, algunos de los productos biopoliméricos desarrollados por los socios de SYNPOL ya están próximos a su comercialización. «Por ejemplo, un pyme irlandesa asociada al proyecto produce un biopolímero biodegradable que puede emplearse como película de embalaje», señaló García. «Otro prototipo de polímero puede utilizarse para crear armazones con aplicaciones biomédicas». Además, varios miembros del consorcio de SYNPOL crearon nuevas tecnologías protegidas por patentes con las que polimerizar PHA mediante procedimientos químicos y enzimáticos. «La Oficina de Transferencia de Tecnología del CSIC trabaja para ampliar y licenciar dos patentes derivadas por el proyecto SYNPOL», informa García. «Una de las dos solicitudes de patentes se refiere a una técnica de pirolisis inducida por microondas con la que convertir residuos orgánicos en gas de síntesis, y la otra trata sobre el metabolismo aerobio de CO en microorganismos». Una inversión a largo plazo Completado en septiembre de 2016, el proyecto SYNPOL es una muestra de cómo la inversión en procesos de producción sostenibles es capaz de producir beneficios económicos y medioambientales. El proyecto mostró que los residuos pueden aprovecharse para producir componentes básicos biopoliméricos que logren que Europa dedique menos espacio a los vertederos y precise menos plásticos procedentes de combustibles fósiles. Existe un gran potencial de aplicación para esta tecnología de fermentación pionera en otros caudales de desechos complejos con el fin de producir biopolímeros nuevos y otros compuestos de alto valor añadido. «Los resultados del proyecto se retomarán en los proyectos financiados con fondos europeos CELBICON, ya en curso, y ENGICOIN, que comenzará próximamente», afirma García. «En ambos proyectos, la colaboración con ingenieros químicos acercará aún más el proceso de fermentación bacteriana de gas a la escala industrial. Muchos socios del proyecto también desean desarrollar en mayor medida el proceso de fermentación bacteriana de gas de síntesis de SYNPOL en futuros proyectos y redes».

Palabras clave

SNYPOL, residuo, bioplásticos, gas de síntesis, fermentación, biopolímeros, polihidroxialcanoato

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