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Diagnostic and prognostic biomarkers for inflammatory bowel disease<br/>IBD-BIOM

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Un paso importante hacia el desarrollo de tratamientos personalizados para la EII

Investigadores de un proyecto financiado por la Unión Europea han realizado avances significativos en el desarrollo de nuevas herramientas para el diagnóstico y pronóstico de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) que podrían conducir al diseño de estrategias terapéuticas dirigidas y tratamientos personalizados más eficaces.

Solo en Europa, la EII —la inflamación crónica de todo el sistema digestivo— afecta aproximadamente a entre dos y tres millones de personas, provocando un malestar y sufrimiento considerable. Esta patología se diagnostica típicamente a través del estudio del historial clínico del paciente, ensayos serológicos rutinarios para identificar biomarcadores inflamatorios no específicos y procedimientos invasivos que a veces pueden resultar innecesarios. Otro aspecto clave es que, hasta ahora, los profesionales médicos no han sido capaces de proporcionar un pronóstico preciso basado únicamente en biomarcadores. «La mejor herramienta disponible por el momento —un marcador fecal— presenta una buena sensibilidad para detectar la inflamación, pero no permite discriminar entre la enfermedad de Crohn y la colitis», explica el profesor Jack Satsangi de la cátedra de Gastroenterología en la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y coordinador del proyecto IBD BIOM. «Es una buena herramienta de diagnóstico, pero no excluye la necesidad de realizar colonoscopias y radiografías; solo reduce las innecesarias en personas que no padecen inflamación. Los marcadores fecales son también más problemáticos en términos de aceptabilidad por parte de los pacientes». Hacia tratamientos personalizados Combinando un gran número de muestras previamente almacenadas en un biobanco con datos de pacientes nuevos en el momento del diagnóstico, el proyecto IBD BIOM ha sido capaz de identificar cambios en la metilación del ADN a nivel de todo el genoma asociados con una expresión génica alterada en diferentes estadios de la EII. Esto abre la puerta a la oportunidad de identificar nuevos biomarcadores que pueden proporcionar información novedosa sobre la patogénesis de la enfermedad. «El objetivo del proyecto era desarrollar métodos no invasivos para identificar biomarcadores con una mayor sensibilidad», afirma Satsangi. «En este sentido, me atrevo a predecir que a lo largo de la próxima década seremos testigos de un avance hacia la identificación de biomarcadores que permitan a los profesionales médicos estratificar a los pacientes en función de cómo se comporta su enfermedad. Esto significa que las formas más agresivas de la enfermedad podrán ser identificadas y seleccionadas para realizar una intervención quirúrgica temprana o emplear nuevas terapias biológicas, por ejemplo, mientras que las formas menos agresivas de la enfermedad podrán ser sometidas a seguimiento sin necesidad de intensificar el tratamiento». Este proyecto está garantizando que la investigación médica europea permanezca a la vanguardia de la medicina personalizada. «Actualmente hay disponible un gran número de terapias y agentes biológicos novedosos que podrían ser empleados para tratar la EII», comenta Satsangi. «El reto para nosotros, pues, consiste en identificar los biomarcadores que predicen la respuesta del paciente a una terapia determinada. En este contexto, existen terapias concretas que se ajustan al perfil correcto». Descubrimientos revolucionarios Una de las principales ventajas del proyecto IBD BIOM fue su capacidad para acceder a un gran número de muestras procedentes de estudios previos y seguir la evolución de los pacientes nuevos desde el momento del diagnóstico. A partir de este amplio conjunto de datos, el equipo del proyecto pudo estudiar alteraciones epigenéticas relacionadas con la EII y logró, por primera vez, determinar el metiloma de la enfermedad, es decir, la caracterización completa de los eventos de metilación del ADN en el genoma de un organismo. «Esto supone un punto de inflexión», afirma Satsangi. «Antes, la gente ni siquiera estaba segura de si podríamos descubrir alteraciones epigenéticas reproducibles relacionadas con la EII. En este sentido, no solo logramos identificar tales alteraciones, sino que además fuimos capaces de demostrar que estas reflejan el grado de inflamación en los pacientes y la progresión de la enfermedad. Esto constituye sin duda un descubrimiento muy relevante». Otro logro importante ha sido el desarrollo de la activómica, una nueva técnica para el descubrimiento de biomarcadores creada por uno de los socios del proyecto IBD-BIOM. La activómica consiste en analizar las enzimas responsables de las modificaciones post-translacionales (fosforilación, glicosilación o proteolisis). Se espera que los descubrimientos del proyecto sean aprovechados para seguir desarrollando tratamientos personalizados para la EII y que, además, puedan servir para descubrir nuevas dianas para terapias farmacológicas dirigidas.

Palabras clave

IBD BIOM, EII, digestivo, enfermedad de Crohn, colitis, activómica, metiloma, biomarcadores, ADN, sangre, intestino

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