Nuevos dispositivos para contener explosiones en aeronaves
Las medidas de seguridad drásticas que se aplican en los aeropuertos desde los atentados del 11 de septiembre están aún lejos de ser infalibles. Los escáneres de seguridad no pueden asegurar una tasa de detección del 100 % de los artefactos explosivos que pudieran transportar los pasajeros o que permanecieran ocultos en el equipaje, lo que significa que las aerolíneas han de estar preparadas ante el hipotético caso de que se produjera una explosión en pleno vuelo. Para compensar el incremento de costes y de peso que supondría realizar un refuerzo sistemático de la estructura de la aeronave y de las actuales bodegas de equipaje acorazadas (Hardened Luggage Containers, HULD), el equipo del proyecto FLY-BAG desarrolló y probó con éxito tres novedosos dispositivos que emplean tejidos a prueba de bombas en los que se combinan tres capas de materiales flexibles y ligeros con una capa de Kevlar. Estos dispositivos incluyen un contenedor de tejido soft-shell que se coloca en los compartimentos del equipaje de los reactores de fuselaje estrecho, uno para aeronaves de fuselaje ancho y un FlyBag más pequeño que se ubica en la cabina para aquellas situaciones en las que un pasajero amenaza con detonar una bomba. Los ensayos se llevaron a cabo en aeronaves A320 y B-747 fuera de servicio en el aeropuerto de Cotswolds, en Gloucertershire (Reino Unido). «Estamos encantados por cómo se han desarrollado los ensayos», comentó el Dr. Andy Tyas, especialista en ingeniería de explosivos de la Universidad de Sheffield y director de la empresa Blastech, ante los micrófonos de BBC News el mes pasado después de presenciar una de las pruebas. Los dispositivos se habían probado anteriormente en condiciones de laboratorio, pero al aire libre, por lo que el equipo no estaba seguro del efecto que tendría una explosión en el interior de una aeronave: «Sabíamos que la bolsa se expandiría; la cuestión era: ¿hasta qué punto la expansión daña el fuselaje? ¿El propio dispositivo termina por convertirse en un terrible transmisor de energía? Ahora comprobamos que no es así». La BBC informa de que no se observan efectos visibles de la detonación cuando se utiliza la mochila FLY-BAG, mientras que un estallido de la misma intensidad sin contención alguna produjo un efecto devastador sobre el fuselaje. La bolsa ofrece la suficiente flexibilidad y resistencia como para soportar un estallido de presión de hasta veinte mil millas por hora, temperaturas de gas incandescente de hasta tres mil grados centígrados y la presión cuasiestática de los gases; además, presenta resiliencia como para evitar que las partes duras del equipaje del interior se conviertan en metralla. Los responsables de la empresa coordinadora del proyecto, D'Appolonia, creen que los dispositivos ya están listos para comercializarse y una aerolínea, Meridiana, ha sido la primera en interesarse. «Los socios del consorcio están definiendo los términos de un acuerdo de explotación para comercializar los productos de FLY-BAG2», explicó Alessandro Bozzolo, responsable de área de D’Appolonia y coordinador del proyecto FLY-BAG2, a IHS Airport 360. Indicó que el coste de la tecnología dependería en gran medida del número de unidades que adquiriese cada cliente. Para más información, consulte: FLY-BAG2 http://www.fly-bag2.eu/
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