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Entrevista
Contenido archivado el 2024-04-18

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Nuevos sensores capaces de detectar bombas incluso antes de que estén preparadas para detonar

El proyecto BONAS ha construido dispositivos de detección temprana que cuentan con sensores químicos destinados a localizar explosivos.

Los artefactos explosivos caseros suponen una de las amenazas más graves para la seguridad en Europa. ¿Y si se pudieran detectar incluso antes de que estuvieran preparados para detonar? Los artífices del proyecto BONAS aspiran justamente a eso y para ello proponen una gama de dispositivos de detección temprana que se basan en sensores químicos. Europa se considera, por lo general, un lugar donde se disfruta de seguridad, pero los atentados puntuales registrados en el último decenio han motivado que el terrorismo escale a uno de los primeros puestos entre las prioridades de la Unión Europea en el ámbito de la seguridad. Los atentados de Londres de 2005, el coche bomba de Oslo en 2011 y los atentados de Al-Qaeda en líneas de tren de Madrid en 2004 dan testimonio de que en cualquier momento pueden causar estragos terroristas armados con artefactos explosivos caseros. En consecuencia, se necesitan tecnologías nuevas que permitan localizar estos dispositivos antes de que supongan un riesgo mortal para los ciudadanos de la UE. BONAS («BOmb factory detection by Networks of Advanced Sensors»), subvencionado por la UE, es un proyecto muy prometedor en lo que se refiere al desarrollo de tales tecnologías novedosas de detección temprana. El consorcio está compuesto por doce socios especializados en campos de la investigación, la construcción de sensores, la nanotecnología, las tecnologías inalámbricas y la instalación de todo ello y aspira a crear sensores vanguardistas capaces de detectar trazas químicas dejadas tras de sí (en el aire o en agua) por artefactos explosivos ocultos. El aspecto más innovador es cuánto son capaces de remontarse en su rastreo. Según el coordinador del proyecto, Antonio Palucci, de la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías (ENEA) de Italia, estos sensores pueden detectar precursores de explosivos incluso antes de su transformación en bombas artesanales. En esta entrevista exclusiva concedida a la revista de resultados research*eu, Palucci expone los objetivos de su proyecto, sus trabajos restantes y la probabilidad de que estas nuevas tecnologías lleguen a ser utilizadas por los organismos de seguridad de los países europeos. ¿Cuál es el principal objetivo del proyecto? Una de las prioridades de la sociedad en la UE es la seguridad de sus ciudadanos. La razón de ello se remonta a varios atentados terroristas y actos criminales inesperados con explosivos que han causado una profunda conmoción a la población, por ejemplo lo ocurrido en Noruega en 2011. La Comisión Europea ha tomado diversas medidas con el fin de hacer frente a estos sucesos y prevenirlos valiéndose de instrumentos de índole social y tecnológica. Ahora, si alguien planea un acto terrorista o criminal, le resulta mucho más difícil y lento obtener los componentes de un artefacto explosivo de fabricación casera, montarlo y colocarlo. BONAS supone un avance cualitativo en esos instrumentos. Hemos desarrollado sensores nuevos para detectar no solo compuestos explosivos ocultos, sino también los precursores necesarios para su preparación. Los sensores están comunicados por red inalámbrica, lo cual facilita su gestión e incrementa la efectividad de ésta. Además hemos ideado una estrategia para su aplicación sobre el terreno que facilita a los servicios secretos la tarea de descubrir actividades presuntamente ilícitas. ¿En qué se diferencia su tecnología de los sistemas de detección que ya existen? ¿Cuál es su característica más innovadora? Hemos empleado cinco tecnologías para conseguir la detección de precursores en estado líquido, de vapor y de partículas. Nuestros sensores se han creado expresamente para la detección de precursores porque no había ninguna tecnología con ese fin específico. Hemos adaptado tecnologías como el lidar y QEPAS, con funciones de detección a distancia por láser de emisiones vaporosas e in situ de emisiones vaporosas por láser de cascada cuántica respectivamente, para poder detectar moléculas concretas emitidas en la fase de preparación. Hemos perfeccionado ciertos sensores electroquímicos integrando multielectrodos para poder detectar sustancias anómalas liberadas en las aguas residuales. También hemos acoplado un sensor Raman manual con un muestreador de partículas que, a su vez, cuenta con una superficie metálica mejorada y nanoestructurada a fin de incrementar la capacidad de detección. Más concretamente, esta técnica se vale de láser para reconocer la huella química de explosivos en el aire, en cuyo caso, y si la concentración excede cierto umbral, puede emitir una señal de alerta. ¿Puede indicar alguna situación típica en la que serían de utilidad estos sensores inalámbricos? En la estrategia preparada de distribución de los sensores inalámbricos se prevé aprovechar el alcantarillado para cubrir barrios íntegramente. Aparte de la detección a distancia (que tiene lugar desde más lejos de la gente y de recursos esenciales, para así reducir el riesgo de que se produzcan daños graves), estos sensores se pueden instalar in situ. Todos se pueden implantar y camuflar en las inmediaciones del elemento sospechoso. ¿Cuáles fueron las principales dificultades encontradas y cómo se resolvieron? La mayor dificultad fue sintonizar el muestreador con los sensores. La configuración mecánica y técnica definitiva se consensuó con los socios después de realizar varios ensayos. ¿En qué punto se encuentra el estudio de viabilidad? ¿Cumple la tecnología sus expectativas originales? El estudio de viabilidad está finalizado y me enorgullece decir que cumplimos nuestras expectativas originales. El proyecto se aproxima a su fin. ¿Es viable la producción en serie? La red de sensores ya se ha ensayado en dos campañas sobre el terreno. La primera en junio de 2014 en el Aeropuerto Militar Pratica di Mare (Roma, Italia) y en septiembre en las instalaciones de FOI (la agencia sueca de investigación sobre defensa), cerca de Estocolmo, Suecia, en colaboración con el proyecto EMPHASYS. Lo cierto es que no es realista producir en serie todos los sensores por tener una aplicación tan especializada (detección de precursores, cuyo inventario es información confidencial). En cambio, el espectrómetro Raman manual ya lo ha puesto a la venta la pyme asociada al proyecto. ¿Su proyecto ha suscitado el interés de gobiernos de dentro o fuera de Europa? Ya han manifestado un gran interés varios organismos italianos de investigación forense (Polizia Scientifica, Carabinieri y el ejército del aire). La agencia FOI también recibió muy gratamente nuestra tecnología. Para más información, consulte: BONAS http://bonas.tekever.com/

Países

Italia

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