Una membrana para filtros que se limpia por sí sola
Las biopelículas pueden reducir la eficacia de las membranas hasta en un 50 % a la par que incrementan los costes de limpieza. Asimismo, las membranas necesitan ser reemplazadas a menudo a causa de la suciedad, de un aumento en la presión a la que están sometidas o de la limpieza constante. El proyecto CONDUCTMEM , dotado con financiación de la Unión Europea, se concibió para crear una membrana conductora que destruyera las biopelículas mediante la producción de agentes oxidantes en su superficie. El proyecto comenzó desarrollando diez tipos distintos de membranas conductoras que diferían entre sí en el tamaño de los poros, en el grado de conductividad y en el caudal filtrado. Se probaron las diversas membranas para determinar si podían deshacerse de la biopelícula tal y como se esperaba. Los investigadores al cargo seleccionaron la membrana con mejor rendimiento y la instalaron en el prototipo de un dispositivo de filtración a escala de laboratorio. Dicha membrana demostró su eficacia destruyendo películas bacterianas durante unas breves pruebas de filtrado. Tras esto, se creó un prototipo a escala de demostración dotado de un sistema de control automatizado que se instaló en una planta industrial de tratamiento de aguas residuales por filtración. Después de realizar diversos ajustes en las condiciones de funcionamiento, se estimó que el prototipo había conseguido destruir, funcionando de forma ininterrumpida, las biopelículas formadas en su superficie. Una vez implantado, el dispositivo desarrollado por CONDUCTMEM reducirá costes operativos y ayudará a las empresas a cumplir con las normativas —cada vez más exigentes— de la UE en materia de uso del agua.
Palabras clave
Biopelícula, incrustación, membrana conductora, aguas residuales, filtración