Debate sobre la ética de las tecnologías de seguridad
La biometría es un campo en rápido desarrollo que busca la manera de identificar a las personas por sus características físicas únicas, como las huellas digitales, la forma de los ojos, o incluso por rasgos vinculados al comportamiento tales como la forma de caminar. Numerosas aplicaciones de seguridad ya están utilizando estas tecnologías, por ejemplo, en las cerraduras que controlan el acceso a propiedades o en los escáneres de los controles fronterizos. Pero además, las innovaciones están ampliando enormemente el ámbito de aplicación de la biometría hacia áreas como la vigilancia, que permite a los gobiernos y las empresas recoger grandes cantidades de información acerca de las personas, abarcando desde el rastreo de sus movimientos hasta la identificación de sus hábitos. La ética subyacente a la utilización de estas tecnologías plantea preguntas importantes: ¿Es aceptable violar la privacidad de las personas en nombre de la seguridad nacional? ¿En qué momento la vigilancia se convierte en control masivo de la población? ¿Pueden utilizarse estas tecnologías de manera automática para hacer cumplir las leyes? Y por último, ¿deberían compartirse estos datos con otros Estados y con organizaciones del sector privado? En su intento por reformar las reglas que rigen la toma de decisiones en materia de seguridad, la Unión Europea quiere tener en cuenta en su totalidad las cuestiones éticas que rodean el uso de la biometría. En este contexto, la iniciativa «Rising pan-European and international awareness of biometrics and security ethics» (RISE) inauguró un diálogo mundial en esta materia, mediante la convocatoria de una serie de reuniones de responsables políticos de alto nivel de Asia, Europa y Estados Unidos. Este proyecto de tres años de duración ha contribuido a la toma de conciencia sobre las implicaciones éticas y políticas de las nuevas tecnologías de seguridad entre las autoridades internacionales.