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PERFluorinated Organics in Our Diet

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Origen y propagación de los contaminantes alimentarios a base de perfluoroalquilos

Un estudio europeo investigó el origen de los perfluoroalquilos (PFAS) en la dieta y su propagación a través de la cadena alimentaria. Otro de los objetivos fue determinar el papel que desempeñan la alimentación y el consumo de bebidas en la exposición humana a estos contaminantes.

Entender la naturaleza y el origen de la contaminación alimentaria resulta esencial para evitar la exposición humana. A pesar de que los datos sobre los efectos toxicológicos de los PFAS en humanos son contradictorios, estos compuestos se encuentran en el medio ambiente y parece que están presentes en la cadena alimentaria. Aún se desconoce si el procesado industrial y el envasado contribuyen a una mayor contaminación de los alimentos y bebidas. El objetivo del proyecto «PERFluorinated Organics in Our Diet» (PERFOOD), financiado con fondos europeos, fue evaluar el origen de los PFAS en la dieta y el papel que desempeña la alimentación en la exposición humana total a los PFAS. Para ello, el equipo de PERFOOD desarrolló nuevas técnicas analíticas destinadas a facilitar una determinación fiable y precisa de la concentración de PFAS, mejorando considerablemente las limitaciones de las técnicas de detección anteriores. Se utilizaron técnicas avanzadas de espectrometría de masas para cuantificar los PFAS en la dieta y conocer los mecanismos por los cuales se transmiten del medio ambiente a los alimentos. También se está evaluando la contribución del procesado y el envasado en la propagación de la contaminación. Los científicos del consorcio piensan que en el caso de las vacas, los ácidos perfluoroalquílicos (PFAA) podrían transmitirse del pienso y el agua a la carne y la leche. Es posible que las verduras absorban los PFAS del agua capilar. La carne, los productos lácteos y las verduras de hoja constituyen la principal fuente de exposición humana a la contaminación. A diferencia del pescado salvaje, el procedente de piscifactorías presenta bajo contenido en PFAS ya que su dieta es baja en estos compuestos. Los científicos recomendaron no utilizar papel sulfurizado y materiales recubiertos con compuestos a base de flúor ya que constituyen una posible vía de transmisión de PFAS a los alimentos. En general, la transferencia de los PFAS de diversas fuentes a los alimentos depende en gran medida de las concentraciones de PFAS presentes en dichas fuentes. Se realizaron encuestas en diversas regiones europeas y sobre diferentes hábitos alimentarios y se observó que los patrones de ingesta de PFAS con los alimentos varía entre las diferentes zonas geográficas. Todas las estimaciones (salvo algunos «puntos calientes») sobre la exposición humana a los PFAS realizadas a partir de los resultados obtenidos en las encuestas, tanto para adultos como para niños, indican márgenes de seguridad muy por encima de uno, es decir, la exposición es mucho menor que la permitida en las directrices actuales. Los resultados de la encuesta proporcionaron datos relevantes acerca del procesado de alimentos y se redactaron recomendaciones destinadas a reducir al máximo el paso de PFAS a la cadena alimentaria. Respecto al agua potable, los resultados del proyecto mostraron que las concentraciones de PFAS variaban en función del tipo de filtración utilizado en cada caso. Es importante destacar que la iniciativa PERFOOD realizó considerables avances en la identificación de posibles medidas y materiales específicos que podrían reducir o eliminar los PFAS del proceso de producción de agua potable.

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