A la caza de la sostenibilidad
La caza se encuentra arraigada en las estructuras sociales y los patrones culturales y se encuentra en el ojo del huracán en muchos conflictos por la gestión de los recursos naturales en todo el mundo. El proyecto HUNT («Hunting for sustainability»), financiado con fondos europeos, ha evaluado las funciones y las repercusiones sociales, culturales, económicas y ecológicas de la caza en una serie de situaciones. Los integrantes del equipo responsable del proyecto evaluaron con gran detalle la importancia económica, cultural y social de la caza en varios estudios de casos prácticos. Estos estudios abarcaron varios países de Escandinavia, el sur de Europa y el este de África, y en ellos se analizaron las instituciones que regulan la caza a escala local y el efecto de las mismas en la conservación de la biodiversidad. Observaron que la caza es una actividad extendida y muy diversificada que cumple múltiples funciones y que, para comprender sus consecuencias, hay que tener en cuenta el papel que desempeña desde los puntos de vista cultural, económico, institucional y ecológico. En otras palabras, para que las políticas de conservación sean efectivas, hay que sopesar la función de la caza en la sociedad. Las consecuencias de la caza en cada zona estudiada variaban según el contexto social e institucional, es decir, según los factores que motivaban y regulaban la caza. Los resultados obtenidos indicaron que hay consecuencias tanto positivas como negativas para la biodiversidad, dependiendo del sistema de regulación de la caza. Pese a los obstáculos de índole moral y económica, muchos de estos casos prácticos revelaron que, si se gestiona adecuadamente, la caza puede tener consecuencias beneficiosas. De hecho, hay indicios de que, en muchos casos, los objetivos de la caza son similares a los de la conservación y, por consiguiente, la aplicación de prácticas óptimas en la caza puede ejercer efectos positivos en determinado ecosistema. Así pues, los hallazgos del proyecto HUNT pueden servir para estructurar el debate y proporcionar una base común (conformada por opiniones objetivas y conocimientos compartidos) sobre las decisiones relevantes y pertinentes que pueden tomarse.