Nueva tecnología de sensores al servicio de las misiones futuras de exploración espacial y reparación de satélites en órbita
Para el futuro se han planificado misiones que contemplan la llegada de humanos a la Luna y a Marte. La entrada, el descenso y el aterrizaje correspondientes requerirán una precisión subkilométrica. La precisión de aterrizaje que puede lograrse en la actualidad es aproximadamente de 1 km en la Luna y nada menos que de 10 km en Marte. También se ha previsto otra clase de misiones centradas en la precisión de los acoplamientos en órbita con objetivos que pueden ser colaborativos o no. El equipo responsable del proyecto financiado con fondos europeos 'Flash optical sensor for terrain relative robotic navigation' (FOSTERNAV) está desarrollando una tecnología de sensores que posibilitará misiones para las que se necesite una navegación relativa más precisa. La tecnología LiDAR (light detection and ranging) se basa en una versión modificada de la tecnología puntera de telémetro láser. Permite captar instantáneas tridimensionales en tiempo real de la zona de interés valiéndose de una red de detectores de tiempo de vuelo (time-of-flight, TOF). Tal clase de redes supone la piedra angular de las interfaces sin contacto que se ven en aplicaciones de juegos, y los investigadores de FOSTERNAV las están modificando para navegación espacial empleando tecnología avanzada de teledetección óptica. Se ha diseñado el dispositivo LiDAR y se han diseñado y preparado las instalaciones y los protocolos de prueba; actualmente se están fabricando y evaluando los componentes esenciales de los sensores. Los artífices del proyecto aspiran a construir un sensor láser óptico dotado de funciones de imagen y determinación de distancias en un sistema compacto y autónomo de hardware y software que, se espera, satisfaga los requisitos de las futuras misiones espaciales. El mundo tiene la vista puesta en la Luna, Marte y más allá; la tecnología surgida de este proyecto posibilitará la entrada, despegue y aterrizaje, y la llegada a destino en órbita, de un modo preciso y seguro y, en consecuencia, brindará a la Unión Europea una posición muy competitiva en el mercado espacial. Además, su tecnología presenta grandes posibilidades de aprovechamiento en aplicaciones terrestres, por ejemplo, para la operación segura y autónoma de diversos vehículos.