Un estilo de vida más sano para los adolescentes europeos
El aumento durante el siglo XXI de los trastornos alimentarios y las enfermedades relacionadas con la nutrición es motivo de preocupación. Es importante crear un entorno que fomente una actitud positiva frente a un estilo de vida sano durante la infancia y la adolescencia, dos periodos de la vida caracterizados por cambios fisiológicos y psicológicos que influyen en las necesidades y los hábitos nutricionales. Dado que los mensajes sanitarios no influyen en la población adolescente todo lo que cabría esperar, el proyecto financiado con fondos europeos Helena («Estilo de vida sano en Europa a través de la nutrición en la adolescencia») se propuso comprender la percepción que poseen los adolescentes europeos con respecto a un estilo de vida sano. El proyecto tuvo en cuenta diferencias regionales, culturales, sociales, genéticas y de sexo en toda Europa e identificó los requisitos necesarios para fomentar los alimentos saludables y crear estrategias acordes. Los socios del proyecto crearon métodos para evaluar los hábitos de los adolescentes europeos, en concreto los relacionados con la dieta, la nutrición y la actividad física. Además el proyecto investigó la actitud de los adolescentes de entre 12,5 y 17,5 años con respecto a la nutrición y la actividad física y descubrió factores que determinan sus preferencias y elecciones alimentarias. Uno de los principales objetivos del consorcio Helena fue la identificación de adolescentes que presentasen riesgo de sufrir trastornos alimentarios, dislipidemia, obesidad y diabetes de tipo II. Para mejorar la salud y la dieta de los adolescentes se creó un programa educativo y estrategias de consumo y de alimentación saludable. Se desarrollaron herramientas que generan consejos sobre alimentación saludable y actividad física a través de una página web. Dichas herramientas pueden incluirse en programas sobre nutrición y prevención de la obesidad de escuelas, servicios sanitarios y hospitales. La puesta en práctica de la estrategia de prevención de Helena ofrecería un método realista que mejoraría sin duda los hábitos nutricionales y de estilo de vida que mantienen los adolescentes en Europa.