Un tratamiento más respetuoso para los peces de criadero
La mayoría de la gente ha oído hablar de campañas destinadas a la prevención de la crueldad contra los animales domésticos, los utilizados para el progreso científico y los sacrificados para aprovechar sus pieles y otras partes de su organismo. Muchas organizaciones trabajan para garantizar el bienestar animal en el sector de la ganadería y la acuicultura, sobre todo en lo tocante a la producción, el transporte, el sacrificio y la destrucción debida a enfermedades. Los peces hasta hace poco se habían pasado por alto pues suelen despertar menos sentimientos que los animales con pelaje. Además, la falta de indicios científicos —hasta hace una o dos décadas— sobre la capacidad de estos animales para sentir dolor no suscitó ningún interés por desarrollar métodos acuícolas menos crueles. Sin embargo, distintas investigaciones recientes sugieren que en realidad los peces sí poseen los componentes neuroanatómicos necesarios para sentir dolor. Esto, en combinación con sus respuestas fisiológicas y del comportamiento, hace que sea muy probable que en efecto sean capaces de sufrir. La UE respalda las prácticas de aturdimiento que dejen inconscientes e insensibles a los peces como elemento básico de todo proceso de sacrificio. Científicos europeos se aplicaron a desarrollar equipo de aturdimiento sin crueldad aplicable a cuatro especies de peces criadas en cautividad (la anguila, la tilapia, la lubina y el rodaballo) importantes para la economía de la UE. El consorcio del proyecto Stunfishfirst («Desarrollo de un equipo prototipo para el sacrificio sin crueldad de peces de piscifactoría»), dotado de fondos europeos, se decantó por métodos de aturdimiento eléctrico aplicables en un proceso continuo o bien por tandas de peces. El equipo se basó en gran medida en datos encefalográficos para determinar el estado del pez sometido a aturdimiento. Se tuvieron en cuenta datos sobre el comportamiento como complemento de los encefalográficos, pero se utilizaron con cautela pues la incapacidad de los peces para reaccionar a los estímulos administrados no implica necesariamente que estén inconscientes. Los datos encefalográficos también permitieron optimizar las condiciones para lograr un aturdimiento instantáneo sin recuperación posterior durante las etapas de procesamiento posteriores. No se observaron consecuencias del procedimiento aplicado en la calidad del pescado. Además se logró un considerable ahorro energético gracias a la utilización de un generador de pulsos de onda cuadrada en lugar del sinusoidal convencional. Los ensayos con el prototipo de sistema de aturdimiento indicaron la posibilidad de llevar a cabo los sacrificios ajustándose a los requisitos de las PYME asociadas. También revelaron la necesidad de realizar estudios complementarios como paso previo a la comercialización. La labor efectuada en Stunfishfirst representa un paso importante de cara a implantar la práctica del sacrificio sin crueldad de especies acuícolas dentro de la UE, potenciando además con ella la competitividad de numerosas PYME europeas.