Impulso de las bacterias beneficiosas para la salud en los alimentos
En la mayoría de los casos, cuando la gente oye la palabra «bacteria», piensa en infecciones y antibióticos. La realidad es que el tracto intestinal de los humanos está repleto de bacterias que ayudan a mantener un buen estado de salud. Las bacterias que habitan en los intestinos luchan contra bacterias perjudiciales, participan en la digestión y la absorción de los nutrientes y contribuyen a la función del sistema inmunitario. % No obstante, existen diversos factores que pueden provocar un desequilibrio entre las bacterias beneficiosas y las perjudiciales. Entre ellos, las enfermedades, las dietas pobres, el estrés y el abuso de antibióticos. Teniendo en cuenta el enfoque creciente en la prevención de enfermedades, cada vez es más frecuente usar bacterias que promueven la salud para fabricar los llamados alimentos probióticos (literalmente «para la vida»). Los probióticos son un tipo de alimentos funcionales, que contienen aditivos con funciones específicas aparte de la nutrición. Los resultados de los estudios son imprecisos pero la evidencia sugiere que ciertos tratamientos con probióticos pueden reducir los síntomas del síndrome de colon irritable, la enfermedad de Crohn y las diarreas infecciosas o asociadas al uso de antibióticos. Sin embargo, los probióticos añadidos a los alimentos pueden tener un efecto indeseable sobre la textura de los alimentos. Además, se pueden destruir parcialmente durante la fabricación, el almacenamiento e incluso en el entorno ácido del estómago. Un grupo de investigadores europeos buscó desarrollar un proceso innovador de microencapsulado para proteger los probióticos y hacer microcápsulas lo suficientemente pequeñas como para añadirlas a una amplia variedad de alimentos sin alterar la textura de forma apreciable. La financiación de la Unión Europea para el proyecto Flocap («Nueva tecnología de enfoque de flujo para producir bacterias probióticas microencapsuladas para el sector de la alimentación») permitió a los científicos asociados al proyecto aprovechar este mercado potencialmente inmenso. Los investigadores abordaron la cuestión del recubrimiento polimérico en sí mismo y una tecnología innovadora de enfoque de flujo con una nueva boquilla diseñada específicamente con este fin. El procesado se debía hacer en condiciones lo suficientemente suaves como para garantizar tasas elevadas de supervivencia de las bacterias, dar lugar a tamaños de cápsula uniformes y debía ser apto para ampliarlo de forma viable a escala de producción. Debido a la creciente demanda de los consumidores de alimentos que promuevan la salud, la tecnología podría revolucionar el sector de los alimentos probióticos.