La UE ayuda a un instituto búlgaro a aspirar a la excelencia mundial
La Academia de las Ciencias de Bulgaria se fundó en 1869 y desde entonces ha desempeñado una función fundamental en la educación superior. Con el cambio de siglo surgió la necesidad de asimilar las últimas tecnologías y modernizar constantemente sus distintos programas. Ante esta situación, el proyecto comunitario Evalipp se propuso evaluar el Instituto de Procesamiento en Paralelo de dicha academia. El procesamiento en paralelo consiste en el uso simultáneo de más de un procesador en ordenadores con el fin de ejecutar múltiples tareas. La academia búlgara considera este campo un sector dentro de la tecnología de la información y la comunicación (TIC). Evalipp encargó a un equipo de asesores externos, formado por la Comisión Europea, que examinase la capacidad de investigación y desarrollo de este instituto en dicha disciplina. Dicho equipo se encarga de conceder un «sello de calidad» a equipos de investigación en ámbitos bien definidos de las TIC. En este caso, también lleva a cabo un análisis en profundidad del tipo DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) y elabora un plan de acción que dará impulso al instituto. El objetivo último de dicho sello de calidad consiste en transformar esta entidad en una unidad de excelencia en su región que tenga una participación sólida en infraestructuras y agrupaciones de investigación de gran envergadura. Gracias al apoyo de Evalipp, la Academia está demostrando a las agencias financiadoras búlgaras la elevada calidad de la I+D realizada por sus equipos de investigación. Asimismo, pretende atraer a doctorandos y a interesados en programas de postdoctorado. A nivel global, esta actividad refuerza la posición de esta institución en el seno del Espacio Europeo de Investigación (EEI), estimula la cooperación internacional y fomenta la participación en más proyectos. Gracias a su competencia en informática y TIC, ahora el departamento funciona como centro interdisciplinario y consolida su ya sólida posición en la escena internacional, en virtud de lo cual atrae financiación externa (incluida la comunitaria) y contribuye al desarrollo económico de Bulgaria. El equipo de asesores ha concluido que la Academia de las Ciencias de Bulgaria constituye una institución científica de primera clase y cuyo funcionamiento es satisfactorio a escala internacional. Ello queda de manifiesto por la cantidad de estudios generada por su personal así como por su participación en proyectos internacionales y la organización de acontecimientos científicos. La Academia tiene ante sí un futuro brillante.