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Grandes logros de proyectos - Tratamiento silencioso

A casi nadie le gusta envejecer. El pelo se vuelve blanco, la movilidad disminuye y, en algunos casos, se pierde el oído. Con frecuencia, la pérdida de audición (no la sordera completa) no se diagnostica correctamente en pacientes de edad avanzada. Ahora un grupo de investigadores europeos recomienda el tratamiento temprano como parte del cuidado rutinario.

Las estadísticas demográficas europeas indican un claro envejecimiento de la población. Como consecuencia, ha aumentado la proporción de personas mayores con respecto a la población en edad laboral. La edad media en Europa aumentará de 37 años en 2003 hasta 52 en 2050, de acuerdo con el Instituto Brookings. Además, según la Comisión Europea, la población de edad avanzada se incrementará un 77 % entre 2010 y 2050. Este envejecimiento de la población añadirá presiones a la sociedad, por no hablar de que las personas mayores necesitarán más cuidados. La sordera se asocia habitualmente con la edad, y generalmente se acepta que cuando se envejece, se pierde el oído y no se puede hacer nada para remediarlo. Históricamente, la importancia de tener buen oído se ha subestimado. Las personas mayores que sufren pérdida de audición se pueden sentir frustradas por el deterioro de la comunicación. Por consiguiente, la pérdida de audición puede verse agravada por consecuencias como la depresión y un desinterés por las relaciones personales. A pesar de que la pérdida auditiva tiene una alta prevalencia entre la gente de edad avanzada, con frecuencia no se diagnostica correctamente, lo que hace que no se trate de forma adecuada. La sordera no es una dolencia que se pueda detectar a simple vista, lo que dificulta el diagnóstico rápido y la correspondiente atención sanitaria. Su lento desarrollo es una de las principales razones por las que ha escapado al tratamiento temprano entre la tercera edad. Debido precisamente a la gran importancia que este asunto tiene para las personas mayores, en 2008 se inició el proyecto financiado por la UE denominado «Evaluación de la audición en personas mayores: edad y degeneración. Integración mediante tratamiento inmediato» (AHEAD III) con el objetivo de investigar los efectos que la pérdida de audición tiene en los adultos, especialmente las personas de edad avanzada. «Hasta hace pocas décadas, la sordera se asociaba erróneamente y de manera increíble con otros tipos de discapacidad, incluso con el retraso mental», ha declarado el líder del proyecto, Ferdinando Grandori. El proyecto, que durará desde 2008 hasta 2011, persigue concienciar a las autoridades pertinentes (políticos, administradores y profesionales de la salud). Está analizando los costes y la viabilidad de programas nacionales o a gran escala de exploración de la audición y de tratamiento entre personas adultas, y al mismo tiempo determinando los criterios que estos análisis han de cumplir. «Entre los métodos clásicos de exploración de la audición, casi ninguno estudia la capacidad de entender el habla, especialmente cuando hay ruido de fondo», explica el Sr. Grandori. Discapacidad frente a disfunción AHEAD III, compuesto por diecisiete miembros de trece países europeos, está desarrollando directrices sobre cómo se deben realizar las exploraciones en varios formatos. Entre ellos se incluyen los nuevos métodos propuestos de exploración por vía telefónica y por internet. Sin embargo, estos criterios y directrices deben ajustarse a las condiciones sociales y económicas locales o nacionales. Cualquiera que sea el método de exploración empleado, el proyecto AHEAD III hace hincapié en la necesidad de detectar discapacidades auditivas tempranas, y no solo disfunciones auditivas. El estudio se ha centrado en una serie de aspectos de la pérdida de audición interconectados entre sí. Está llevando a cabo una evaluación etiológica (para identificar la causa de la pérdida de audición en personas mayores) de la pérdida auditiva asociada a la edad, así como un estudio epidemiológico (analizando los patrones de la pérdida de audición a nivel poblacional). Una vez que esto se haya determinado, se podrán investigar los efectos más relevantes de la pérdida de audición asociada a la edad, así como los métodos empleados para la exploración.AHEAD III ha conseguido aplicar a la exploración y el tratamiento de la pérdida auditiva en adultos la clasificación internacional de funcionalidad, discapacidad y salud (más conocida como ICF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La ICF es un estándar empleado por la OMS para clasificar aspectos de la salud relacionados con la funcionalidad y la discapacidad. Los miembros del proyecto determinaron las principales causas de la pérdida de audición en adultos, así como sus mecanismos fisiopatológicos. Las consecuencias sociales de la pérdida de oído atañen tanto al individuo afectado como a la gente con la que se relaciona a diario. La soledad y la depresión, derivadas del aislamiento causado por la incapacidad para comunicarse con amigos y seres queridos, pueden pueden hacer mella gradualmente en el afectado. También hay que considerar la frustración que se produce en las personas que intentan comunicarse con los afectados, pero que ven sus esfuerzos truncados y se tienen que adaptar a la situación. «La sordera produce aislamiento», señala el Sr. Grandori. «A medio y largo plazo, las relaciones pueden sufrir un gran deterioro, tendiendo el sordo a evitar cualquier tipo de comunicación.» Aceptar la pérdida de audición puede ser un camino largo y difícil, que muy pocas personas mayores estarán dispuestas a recorrer. Impacto psicológico y social Existe un aspecto importante en el cual se están concentrando los investigadores: el impacto psicológico y social que produce la pérdida de audición en los adultos. La audimetría tonal liminar (ATL) se emplea para identificar el umbral de audición de una persona, lo que permite determinar el grado, tipo y configuración de la pérdida auditiva. AHEAD III ha establecido las condiciones óptimas para realizar exploraciones mediante ATL. Según envejece la población europea, aumenta la necesidad de prevenir, retrasar y remediar el declive funcional de las personas mayores. Por este motivo, el proyecto ha evaluado diferentes métodos de exploración de la audición en adultos, así como las tecnologías empleadas. Una vez que las exploraciones se llevaron a cabo con éxito, el proyecto analizó si alguno de los tratamientos aplicados a los pacientes con discapacidad auditiva había tenido eficacia. El equipo investigó este asunto en profundidad, revisando la bibliografía existente sobre tecnologías de exploración, así como sobre estrategias de tratamiento, con el fin de obtener una visión más completa sobre la efectividad de los métodos actuales. AHEAD III ha estudiado y revisado los avances en métodos de exploración realizados tanto en Europa como en Estados Unidos y ha adquirido un conocimiento más amplio de los mismos. El Sr. Grandori espera que el proyecto permita concienciar a la población en general, así como a los profesionales de la salud. Este trabajo podría facilitar el desarrollo de herramientas útiles para la exploración de la capacidad auditiva, así como el lanzamiento de campañas piloto en varios países. El rápido desarrollo de la tecnología permitirá la introducción de cambios importantes en la exploración de la audición durante los próximos años.