Indicadores magnéticos para mejorar modelos del cambio climático
Se sometieron a un análisis magnético de alta resolución los primeros 25m de un testigo tomado a una profundidad de unos 400m en el límite exterior de la plataforma continental frente a la costa norte de Islandia. Esta zona es una región fronteriza clave en el cambio climático. Está conectada con las variaciones atmosféricas y oceánicas que se ven afectadas por el límite difuso entre las masas de agua fría y caliente del Frente polar y de los vientos del oeste asociados a ellas. Anteriormente ya se había creado un modelo temporal basado en la datación de este testigo mediante tefrocronología. Esta técnica aprovecha tenues capas de cenizas volcánicas procedentes de una única erupción para crear un marco cronológico. El modelo temporal permitió datar con precisión variaciones notables en la concentración de mineral magnético y en el tamaño granular de la muestra a lo largo de los últimos 10.000 años. El óptimo climático del Holoceno, que se produjo en el norte de Islandia hace entre 10.000 y 6.000 años, se caracterizó por la escasez de variaciones en el registro magnético. También hay pruebas claras de una inestabilidad oceánica creciente desde hace 6.000 años hasta la actualidad. Los descensos en el contenido de mineral magnético se asociaron a un cambio en la pauta de circulación, que coincidió con el decrecimiento en la formación de aguas profundas en el Atlántico Norte. Científicos del proyecto PACLIVA determinaron correctamente varios intervalos cortos con un contenido inferior de mineral magnético. El intervalo más reciente abarca del 1020 al 1330 d.C. que se corresponde con el óptimo climático medieval. Estos eventos indican periodos de mayor actividad en la corriente cálida y muy salina de Irminger, relacionada con mayores aportes de aguas del Atlántico Norte a los mares nórdicos. El análisis espectral de ciertos parámetros magnéticos indicó periodos de mayor actividad que duraron cientos de años. Estos eran más evidentes durante los últimos 6.000 años que en el periodo anterior. Los cambios pudieron deberse a intervalos persistentes de la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) que habrían durado cientos de años. Estos hallazgos son indicativos de que el clima del Holoceno fue más inestable de lo que se suponía hasta ahora, lo que demuestra la importancia de los estudios climáticos de alta resolución de este periodo reciente, que deberían permitir a los investigadores brindarnos predicciones más precisas mediante el uso de modelos climáticos mejorados.