Trazabilidad de la granja a la mesa
Los métodos de rastreo de productos cárnicos que están disponibles en la actualidad aún no están completamente desarrollados, por lo que surgen dificultades relacionadas con su aplicación sistemática, su fiabilidad y la evaluación de sus resultados. El proyecto EID + DNA TRACING, financiado por la Comisión Europea, reunió a un grupo de expertos para desarrollar un sistema de identificación electrónica y de marcadores moleculares que mejorara los métodos existentes empleados en el rastreo de la carne que se consume. Para tal fin, y con arreglo a lo dispuesto por las normativas comunitarias, propusieron un sistema doble basado en la identificación electrónica y perfiles de ADN. El mayor obstáculo para el equipo de investigación consistió en el límite marcado al empleo de bolos y transpondedores inyectados. Para superarlo diseñaron y probaron un nuevo lector. El estudio también se centró en la transferencia automática de información del animal a la carne y exploró técnicas de recuperación de los transpondedores en el matadero. Dentro del proyecto, un equipo de expertos construyó un modelo logístico que se empleó en la predicción de los niveles de retención de bolos en los preestómagos de los rumiantes y que se probó en vacas y ovejas cuyo nivel de retención eran conocidos de antemano. El margen de error fue inferior al 2%. También se llevó a cabo una prueba en búfalos que produjo resultados positivos. A partir de esta investigación se crearon y probaron varios prototipos. También se diseñaron nuevos bolos para la identificación de vacas, búfalos, ovejas y cabras. Estos prototipos solucionaron las desventajas más importantes de los bolos anteriormente disponibles al aportar tasas de retención a medio y largo plazo más prolongadas que las de sus antecesores.