Un biochip especial que detecta los disruptores endocrinos
Uno de los objetivos del Programa «LIFE QUALITY» era financiar proyectos de IDT cuyo objetivo fuera mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de Europa a través de la biotecnología. El proyecto MENDOS, que trató de desarrollar biosensores para medir los niveles de los compuestos disruptores endocrinos (CDE), es un ejemplo de dicho compromiso. Los científicos del instituto de investigación austriaco ARC Seibersdorf research GmbH contribuyeron al proyecto desarrollando un biochip hidrofóbico capaz de detectar oligonucleótidos modificados. El chip se construyó con dos materiales: una resina epoxi (ARChip epoxi) y un copolímero de poliestireno fotoactivable (PST-co-VBT) comercializado como ARChip UV. Los científicos austriacos se esforzaron en obtener el máximo rendimiento posible del biosensor. Así, por ejemplo, lograron multiplicar por veinte la potencia de la señal aumentando el pH del tampón de impresión. Además, mejoraron la densidad de energía de la lámpara UV utilizada para la fotoactivación de la matriz con el fin de mejorar la capacidad de inmovilización. El bloqueo con etanolamina también ayudó a limitar la interferencia de la fluorescencia de otras especies. Los ensayos realizados en el marco del proyecto MENDOS revelaron que el biochip es capaz de detectar oligonucleótidos modificados con grupos sulfidrilo (SH-) y amida (NH2-) en concentraciones tan bajas como dos micromoles por litro (2μmol/l). ARC Seibersdorf research GmbH está tratando de explotar los resultados del proyecto MENDOS para ayudar a mejorar la gestión de los CDE.