Producción económica y sostenible de bioetanol
Los biocombustibles quizá no sean la panacea que se pensaba, pero si se lograran métodos de producción sostenibles, los días de la gasolina podrían estar contados. Por ejemplo, el etanol, un combustible popular que se produce a partir de la caña de azúcar y otros cultivos alimentarios, también se puede producir fermentando biomasa lignocelulósica extraída de residuos de la madera y otros productos de desecho. Lamentablemente, hasta ahora, la producción de etanol a partir de biomasa lignocelulósica no ha resultado competitiva por su elevado coste. El consorcio CO-PRODUCTION BIOFUELS se decidió a sortear este obstáculo optimizando la tecnología de fermentación. TMO trató de aumentar al máximo las tasas de producción de etanol y se centró en el potencial de ciertos microorganismos etanologénicos termófilos. Su equipo descubrió que las cepas deficientes en lactato deshidrogenasa (LDH-), incapaces de generar lactato, daban los mejores resultados. Para su sorpresa, TMO descubrió que estos microorganismos podían cultivarse durante períodos prolongados (de hasta seis meses) sin necesidad de intervenir en el proceso con antibióticos. Los microorganismos LDH- se pusieron a prueba durante CO-PRODUCTION BIOFUELS usando como materia prima paja de trigo hidrolizada. El ensayo tuvo resultados positivos tanto en el modo de fermentación por tandas como en el modo continuo. TMO puede facilitar los resultados completos de esta investigación patrocinada por el EESD. A continuación, las tareas se centrarán en la etanologénesis a partir de azúcares simples como la glucosa y la xilosa. Gracias a TMO y sus socios, las perspectivas de futuro para el bioetanol son más halagüeñas que nunca.