Predicción de la inmunogenicidad de la interferona
La terapia con interferona tiene un potencial sorprendente. Dependiendo del tipo de interferona, se ha demostrado que es eficaz en el tratamiento de enfermedades víricas, determinados tipos de cáncer y algunas enfermedades autoinmunes, en concreto la esclerosis múltiple. Se siguen investigando los efectos secundarios de la terapia con proteínas usando moléculas como la interferona. Uno de éstos es la inducción de la producción de anticuerpos o antigenicidad (conocida también como inmunogenicidad). Así pues, la antigenicidad puede inhibir la eficacia de la terapia o tener otros efectos secundarios perjudiciales. Las consecuencias de estas reacciones tienen serias implicaciones para la industria biofarmacéutica y el paciente. Esto llevó al equipo del proyecto europeo LYO-PRO a invertir sus esfuerzos de investigación en el desarrollo de métodos innovadores para la liofilización de proteínas. El resultado de la mejora de los diagnósticos implicados en la producción de estas proteínas terapéuticas podría mejorar la calidad final del producto. La producción de proteínas liofilizadas (desecadas a muy bajas temperaturas) podría reducir la incidencia de los efectos antigénicos. Los socios del proyecto de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos desarrollaron otra vertiente relacionada de esta investigación. Se centraron en el desarrollo de un medio que permita evaluar el nivel de antigenicidad de diferentes formulaciones de interferona humana. Usaron un modelo con ratones in vivo inmunotolerantes a la interferona humana 2. Esto se debió a la introducción del gen para la producción de interferona humana en el ADN de los ratones. Se empleó a continuación un inmunoanálisis ligado a enzimas (ELISA) para medir los niveles de anticuerpos. Los resultados sugirieron que el modelo en ratones podría usarse como herramienta de control para eliminar las formulaciones inmunogénicas antes de someterlas a pruebas clínicas que requieren mucho tiempo y dinero. Entre los beneficiarios evidentes de esta tecnología se encuentran las industrias biofarmacéutica y otras conexas. Los pacientes con niveles elevados de anticuerpos neutralizadores y los expertos en inmunología que estudian la inmunotolerancia también pueden beneficiarse de este avance.
