Olfatear las emociones y las interacciones sociales
Los seres humanos comunicamos nuestras emociones mediante diversas vías, como el habla, el tacto, las expresiones faciales y el movimiento. Lo que no está tan claro es cómo podemos comunicar la información social a través de las señales químicas, o quimioseñales. «Sabemos que nuestro cuerpo libera señales químicas sutiles que pueden influir en nuestras emociones y en las de quienes nos rodean», explica Enzo Pasquale Scilingo, investigador de la Universidad de Pisa. «Lo que no comprendemos es cómo estos olores sociales provocan emociones e influyen en nuestras interacciones sociales». El equipo del proyecto POTION, financiado con fondos europeos, contribuye a responder esta pregunta. «Al proporcionar más información sobre el trasfondo fundamental del comportamiento humano, en el proyecto se pretende ayudar a establecer relaciones sociales sanas a través de la confianza, lo que redundará en una mejora general del bienestar», añade Scilingo, coordinador del proyecto.
Modular la interacción social mediante quimioseñales
Para empezar, en el proyecto se analizó la composición química de las quimioseñales que provocan la felicidad y el miedo. «Como componentes fundamentales de la interacción social, estas emociones motivan nuestro comportamiento de aproximación y evitación», afirma Scilingo. Los resultados de este análisis se utilizaron para sintetizar artificialmente posibles quimioseñales relacionadas con el miedo, que luego se emplearon para desarrollar un modelo bayesiano de interacciones sociales para analizar el comportamiento social en respuesta a las quimioseñales. El modelo proporcionó la base de un innovador sistema de administración de olores controlado por ordenador que puede dirigir la estrategia social de aproximación-evitación. Este dispositivo innovador se controla en bucle cerrado, y el estado socioemocional de las personas se evalúa mediante un modelo neuronal computacional novedoso. «Al ajustar dinámicamente los olores en función de los datos fisiológicos y de comportamiento en tiempo real, este dispositivo de vanguardia desvela cómo funcionan las pistas olfativas en la gestión de los sentimientos de confianza, presencia e inclusión en contextos virtuales», señala Scilingo. Con este dispositivo disponible, el equipo del proyecto llevó a cabo un ensayo controlado aleatorizado en el que se estudió cómo podían utilizarse las quimioseñales del miedo en la terapia de la ansiedad social basada en la conciencia plena.
Perspectivas futuras para el diagnóstico y la terapia basados en quimioseñales en la salud mental
Al aportar pruebas empíricas de cómo pueden utilizarse las quimioseñales para modular el comportamiento humano, en el proyecto POTION se han sentado nuevas bases en la investigación quimiosensorial, psicológica y social. «Nuestro trabajo allana el camino hacia un nuevo diagnóstico y tratamiento de la ansiedad social, las fobias y la depresión basados en las quimioseñales humanas, todas ellas conocidas por afectar el funcionamiento social», señala Scilingo. Este camino se seguirá abriendo a medida que el equipo del proyecto siga avanzando hacia la comercialización de su dispositivo mediante una nueva patente y la creación de una empresa derivada. Los investigadores también están estudiando la posibilidad de poner en marcha otro proyecto financiado con fondos europeos que permitiría avanzar aún más en los resultados del proyecto. «Aunque con nuestros resultados iniciales se ha demostrado el papel de las quimioseñales relacionadas con el miedo en la modulación del comportamiento social, es necesario seguir trabajando para refinar las quimioseñales sintéticas y explorar sus efectos en diferentes contextos sociales y clínicos», afirma Scilingo.
Abordar las cuestiones éticas y jurídicas
Si bien en el proyecto se ha subido el listón en el uso de las quimioseñales para influir en el comportamiento humano, también se plantea una serie de cuestiones éticas y jurídicas. Por eso, además de su investigación científica, el equipo del proyecto dedicó un tiempo considerable a desarrollar marcos que garantizaran el cumplimiento de la Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea (UE) y la normativa sobre productos sanitarios. «Nuestros avances tecnológicos, marcos éticos y esfuerzos de comercialización garantizan que en el proyecto POTION se seguirá dando forma a la investigación y la innovación futuras en computación afectiva y neurotecnología», concluye Scilingo.
Palabras clave
POTION, emociones, interacción social, quimioseñales, ansiedad social, depresión, olores sociales, comportamiento humano, felicidad, miedo, olores, olfativas, salud mental, Ley de Inteligencia Artificial