Busca siempre el lado divertido de la vida
Adoptar un planteamiento más lúdico de la vida para afrontar mejor las situaciones difíciles puede parecer de sentido común. Sin embargo, eso no significa que se deba jugar para ser lúdico. Se trata de pasar tiempo con personas que te hacen reír, hacer cosas que te aporten alegría y estar abierto a nuevas experiencias, entre otras cosas.
Si la vida te da limones
Una investigación dirigida por la Universidad Estatal de Oregón (OSU), en Estados Unidos, reveló que el espíritu lúdico o «limonada» ayuda a desarrollar la resiliencia y a mantener el bienestar en momentos difíciles, como en una pandemia mundial. A algunas personas se les da mejor hacer limonada con los «limones» de la vida. Durante los confinamientos, encontraron formas creativas de adaptarse, como transformar los salones de casa en pistas de baile. ¿No es una persona particularmente lúdica? No se preocupe, es una característica que se puede desarrollar. Los hallazgos se publicaron en la revista «Frontiers in Psychology». «Nuestro estudio reveló que el espíritu lúdico y la resiliencia están estrechamente conectadas a través de lo que llamamos “limonada”: la capacidad de imaginar y generar experiencias positivas incluso en circunstancias difíciles», explicó el autor correspondiente y profesor asistente de la OSU, Xiangyou Shen, en un comunicado de prensa. En la investigación se analizaron cómo más de 500 adultos estadounidenses vivieron la pandemia de la COVID-19. La encuesta en línea incluyó preguntas sobre su percepción del riesgo de infección y sus perspectivas de futuro.
Cómo capear mejor las adversidades de la vida
«Mientras que las personas más y menos lúdicas declararon sentirse igual de vulnerables y aisladas durante la pandemia, las personas muy lúdicas alteraron activamente las situaciones difíciles, encontraron sustitutos creativos para lo que se había perdido, consideraron los obstáculos como oportunidades de crecimiento y mantuvieron una sensación de control sobre sus respuestas», declaró Shen. Aunque los voluntarios lúdicos eran más optimistas sobre el futuro, eran tan realistas sobre sus circunstancias actuales como los que tenían niveles inferiores de espíritu lúdico. «Mientras que unas gafas de color de rosa lo colorearían todo positivamente, distorsionando potencialmente la realidad, el efecto “foco de color” que observamos es más selectivo», explica Shen. «Los individuos lúdicos no minimizaron los riesgos de la COVID-19 ni sobrestimaron la eficacia de las medidas de protección. Dirigieron su “foco” hacia las posibilidades de cambio positivo y crecimiento, iluminando posibles caminos hacia adelante incluso en tiempos oscuros». Shen considera que debería prestarse más atención al espíritu lúdico como mecanismo de afrontamiento. «El espíritu lúdico es un recurso vital, aunque poco apreciado, para mantener el bienestar, sobre todo en tiempos difíciles. Comprender cómo las personas lúdicas afrontan la adversidad puede servir de base a estrategias para ayudarles a sobrellevar el estrés y la incertidumbre. Ello es especialmente pertinente en un momento en que nos enfrentamos a retos mundiales cada vez mayores que exigen tanto una evaluación realista como una adaptación creativa». Sin embargo, el espíritu lúdico puede afectar a las personas de distintas formas, dependiendo de la situación. «Aunque descubrimos diferencias importantes entre los individuos más y menos lúdicos, es probable que haya otras áreas donde el carácter lúdico influya en la forma en que las personas perciben y responden a su entorno y a los acontecimientos de la vida», añadió. «Futuras investigaciones deberían examinar esas posibles diferencias en los distintos ámbitos de la vida para construir una imagen más completa del efecto de replanteamiento lúdico». Es hora de jugar, independientemente de las circunstancias. «Incluso en tiempos agitados, dedicar de cinco a diez minutos diarios a una pequeña dosis lúdica —ya sea en solitario o compartida— puede marcar una diferencia significativa», comentó Shen en una noticia de la OSU.
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