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¿Quiere promover el trabajo en equipo en la oficina? ¡Pida una pizza!

Un estudio destaca las ventajas de las vivencias compartidas entre diferentes grupos de trabajadores.

Una reunión de departamento que va alargarse más de lo previsto o un plazo inesperado que requiere que varios miembros del equipo tengan que hacer horas extra para llegar a él. Estas son dos de las situaciones en las que se suele recurrir a la pizza: la comida para llevar más popular del mundo. ¿Un compañero demasiado ansioso se abrasó la boca? ¿El picante le hizo eructar? Curiosamente, según un equipo internacional de investigadores, esos momentos graciosos, incómodos o, incluso, avergonzantes son los que más unen a las personas.

¿Alguien quiere una pizza?

Crear recuerdos en torno a vivencias compartidas, como comer una pizza, puede promover la camaradería. Los hallazgos de la investigación se publicaron en la revista «Journal of Management Studies». El estudio también reveló que la dirección puede aprovechar la capacidad de las vivencias compartidas para fortalecer las relaciones laborales entre equipos. Las empresas salen ganando si ofrecen a sus empleados la oportunidad de forjar juntos recuerdos duraderos. «Una de las principales conclusiones de esta investigación es que, en los proyectos de gran envergadura en los que participen personas con distintas funciones o niveles de experiencia de la misma empresa, se necesitará algún tipo de vivencia compartida que les posibilite no solo trabajar juntos de forma más eficaz, sino también sentirse más cómodos compartiendo sus ideas», explicó el coautor del estudio, Matthew Lyle, profesor adjunto de la Universidad de Binghamton (Estados Unidos), en un comunicado de prensa. «No obstante, esto podría ser asimismo un arma de doble filo ya que, si bien la vivencia podría tener la repercusión suficiente para amalgamar a las personas, también podría desbaratar a los grupos ya establecidos». Los investigadores analizaron el caso de la gran huelga de ciento setenta días de los periodistas de la emisora pública surcoreana TelvCorp. Otros miembros del personal se mostraron cautelosos a la hora de unirse a la huelga hasta que el director general despidió a los líderes sindicales. La acción desencadenó conversaciones entre los distintos trabajadores de la empresa, lo cual resultó en una colaboración enérgica. Este entorno sustentó lo que en el estudio se denomina una «comunidad mnemotécnica»: un grupo que comparte recuerdos nostálgicos del pasado. El grupo se mantuvo más allá de la huelga. A pesar de ello, se produjo un distanciamiento entre los trabajadores que secundaron el paro y los que no. «Cuando terminó la huelga, la situación se complicó porque era poco probable que las cosas volvieran a ser como antes en ese lugar de trabajo», comentó Lyle. «Tras la huelga, ha surgido un nuevo grupo: algunos trabajadores dicen que ya no pueden considerar como buenas personas a los compañeros que eligieron el bando contrario durante la huelga».

Crear un recuerdo, promover la dinámica de equipo

Entonces, ¿podrían vivencias triviales como las de compartir una pizza caliente o picante ayudar a resolver juntos un problema? «Cuando formas parte de un grupo, es más probable que unos y otros se ayuden y se apoyen mutuamente», concluye Lyle. «Sabemos que podemos crear esos vínculos de forma artificial, pero ¿por qué no crearlos en torno a alguna vivencia compartida que forme un recuerdo, el cual haga que las personas quieran trabajar juntas?».

Palabras clave

pizza, trabajo en equipo, vivencia compartida, trabajador, recuerdo, lugar de trabajo, compañero