Nostalgia en la era digital
Los nacidos durante la explosión de natalidad y la generación X dan vida a recuerdos preciados con fotografías en blanco y negro y casetes de vídeo. Esto contrasta mucho con la actualidad, donde cada momento, desde los primeros pasos de un bebé hasta los datos de salud, se puede capturar, almacenar y compartir fácilmente gracias a la tecnología digital. Un equipo de investigadores de la Universidad Julius Maximilianus (JMU) de Wurzburgo en Baviera y del «Leibniz-Institut für Wissensmedien» (IWM) en Tubinga investigó si almacenar y compartir cantidades masivas de datos personales es, en última instancia, algo bueno. Sus hallazgos fueron publicados en la revista «Psychological Inquiry».
Los recuerdos preciosos están hechos de material digital
No hay duda de que la explosión de los registros digitales mejora el recuerdo de los eventos y las experiencias personales, e incluso ayuda a las personas con problemas de memoria. Sin embargo, también plantea preocupaciones, como los riesgos para la privacidad y la manipulación con el aumento del contenido ultrafalso. «Se pueden tener intuiciones muy diferentes sobre cómo debe evaluarse este aumento en la densidad de episodios de vida grabados», comentó Fabian Hutmacher, doctor e investigador de la cátedra de Psicología de la Comunicación y Nuevos Medios de la JMU, en una nota de prensa. «Algunos esperan, por ejemplo, que de esta manera podamos compensar las debilidades y reducir las distorsiones de la memoria humana. A otros les preocupa que esto genere nuevas posibilidades de control y socave nuestra privacidad». «Sin embargo, lo que diferencia a los recursos digitales de estas otras opciones no es solo la mayor densidad de episodios de vida grabados, antes mencionada, sino también el hecho de que estos recursos digitales crean una base de datos que se puede buscar y que consiste en una combinación de diferentes fuentes de medios a las que a menudo se puede acceder en cualquier lugar y en cualquier momento», explicó Hutmacher. «Los recursos digitales no solo ofrecen un almacenamiento pasivo, sino que también permiten, mediante inteligencia artificial, por ejemplo, ajustar y reorganizar las grabaciones para crear, entre otros, álbumes digitales de vacaciones o de bodas. Esto puede tener un impacto profundo en cómo vemos las experiencias pasadas», agregó Stephan Schwan, un catedrático que dirige el Laboratorio de representaciones realistas en el IWM.
Los recuerdos viven en un mundo digital
Los investigadores proponen un modelo que proporciona el primer marco sistemático y completo para comprender mejor la memoria autobiográfica en la era digital. Se organiza la literatura existente y se establecen nuevos caminos para futuras investigaciones. En el modelo se examina la naturaleza de los cambios en la memoria autobiográfica en el panorama actual de los medios digitales y los peligros y ventajas potencialmente vinculados a estos cambios. El equipo de investigación dice que se necesita más exploración para saber más sobre las oportunidades y los peligros. «En la mayoría de los casos, todavía no disponemos de suficientes datos fiables para sacar conclusiones definitivas sobre las oportunidades y los riesgos», concluyó Hutmacher. «Los recuerdos autobiográficos son una parte importante de lo que nos hace humanos. Esto hace que sea aún más importante realizar más investigaciones en los próximos años».
Palabras clave
datos, memoria, digital, grabaciones, experiencia, memoria autobiográfica