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Tundra biogenic volatile emissions in the 21st century

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Cómo influyen las plantas, los insectos y el suelo en el cambio climático del Ártico

En un trabajo de campo pionero en el Ártico se han aportado datos nuevos sobre cómo afecta el cambio climático a la liberación de gases volátiles por las plantas.

Los compuestos orgánicos volátiles biogénicos (COVB) son moléculas gaseosas liberadas principalmente por la vegetación. Tal y como explica la investigadora principal del proyecto TUVOLU Riikka Rinnan, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca): «Hay miles de COVB distintos. No se trata de gases de efecto invernadero, sino de gases que reaccionan rápidamente con otros componentes del aire». Los científicos están descubriendo que estas reacciones pueden tener consecuencias para nuestro clima. Pueden aumentar la producción de ozono, un gas de efecto invernadero, e incrementar la vida útil del metano, otro gas de efecto invernadero. Las interacciones de los COVB también pueden producir partículas de aerosoles, que pueden sembrar nubes.

Cambios en la vegetación, plagas de insectos y permafrost

El equipo del proyecto TUVOLU, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, estudió la posible evolución de las emisiones de COVB en los ecosistemas árticos. Se trata de un ámbito de estudio fundamental, ya que la región ártica se está calentando más rápidamente que la media mundial. «Este calentamiento está provocando grandes cambios en la vegetación del Ártico —señala Rinnan—. Queríamos averiguar cómo podría estar afectando esto a los niveles de COVB y si el deshielo del permafrost podría ser pertinente». El equipo del proyecto también estudió el papel de las plagas de insectos en la región ártica. A medida que aumentan las temperaturas, también pueden incrementarse las tasas de supervivencia de los insectos. Muchas plantas producen y liberan determinados COVB para protegerse de los ataques de insectos. Un elemento fundamental del proyecto fue el trabajo de campo en Groenlandia, Noruega y Suecia. «Utilizamos helicópteros para transportar equipos muy caros, como espectrómetros de masas, en condiciones realmente difíciles», añade Rinnan. Este equipo se utilizó para medir las temperaturas de la vegetación y los gases de COVB y para llevar las muestras al laboratorio. «Las muestras de permafrost, por ejemplo, se recogían en el Ártico, se enviaban congeladas y se fundían en el laboratorio —explica Rinnan—. Esto nos permitió medir lo que ocurría cuando se descongelaba el permafrost. También realizamos modelizaciones por ordenador para obtener una imagen de toda la región ártica».

Sensibilidad a la temperatura y producción de COVB

En el proyecto se logró vincular la sensibilidad a la temperatura con la producción de COVB. «Combinando las imágenes térmicas de las hojas con los datos de COVB que recogimos, pudimos demostrar que la vegetación de la tundra ártica es muy sensible a la temperatura —apunta Rinnan—. Pudimos comprobar que las emisiones de COVB aumentan de forma pronunciada en consonancia con los incrementos de temperatura». Un descubrimiento sorprendente fue la gran repercusión que pueden tener los insectos en la liberación de COVB. «Muchos COVB están diseñados para disuadir a los insectos y solo se liberan cuando son atacados —explica Rinnan—. Descubrimos que las plagas graves de insectos, a menudo alentadas por un clima más cálido, pueden tener un efecto importante en los niveles de COVB». El equipo sigue trabajando para extraer información de las muestras de permafrost. Rinnan añade que los modelos COVB actuales no suelen tener en cuenta ni los insectos ni los suelos, algo que el equipo del proyecto TUVOLU ha demostrado que es necesario abordar.

Modelización del cambio climático en el Ártico

De hecho, en el proyecto se ha contribuido a subrayar lo complejo que es modelizar el cambio climático ártico y se han abierto nuevas vías de investigación. Rinnan afirma: «Aún quedan muchas preguntas. Por ejemplo, ¿cómo influye el aumento del nivel de CO2 en las emisiones de COVB?». Otra importante vía de investigación es el papel de los suelos. «Parece que los suelos tienden a absorber los COVB, en lugar de producirlos —concluye Rinnan—. Es un tema candente en el que seguimos trabajando. Todas estas son preguntas a las que primero tenemos que encontrar respuesta, para iniciar el camino hacia la mitigación».

Palabras clave

TUVOLU, plantas, insectos, Ártico, cambio climático, vegetación, permafrost

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