Somos más que lo que comemos
Los alimentos son mucho más que una mercancía o una fuente de nutrientes. Especialmente en las zonas urbanas de Europa, la comida es un acto social. «Los comensales no son meros consumidores, sino actores sociales: la comida es un conector social importante y nuestras elecciones alimentarias se ven influidas por nuestra fe, sexo, edad, ingresos, parentesco y otros factores socioculturales», afirma Cristina Grasseni, catedrática de Antropología Cultural en la Universidad de Leiden. Desgraciadamente, en la mayoría de las políticas alimentarias se ignoran los aspectos sociales de la alimentación y se intenta aplicar una solución única a paladares muy diversos. Aquí es donde entra en juego el proyecto FOOD CITIZENS, financiado con fondos europeos. El equipo del proyecto, que contó con el apoyo del Consejo Europeo de Investigación, se propuso representar la diversidad del compromiso de los ciudadanos en distintos tipos de redes alimentarias urbanas. «Pusimos en tela de juicio los estereotipos homogeneizadores sobre compartir alimentos y tratamos de reintroducir el análisis social en nuestra comprensión de los sistemas alimentarios urbanos», añade Grasseni, investigadora principal del proyecto.
Investigar diferentes estilos de participación social en la adquisición local de alimentos
En el proyecto, en el que participaron dos estudiantes de postdoctorado, tres de doctorado y dos ayudantes de investigación, se investigaron distintos estilos de participación social en formas locales y colectivas de procurarse alimentos. Para empezar, el equipo realizó una revisión bibliográfica profunda sobre el papel de la solidaridad, la diversidad, las competencias y la escala dentro de la antropología de la alimentación. A continuación, se impartió una formación específica sobre el uso de métodos audiovisuales, junto con seminarios temáticos, con el fin de preparar a los estudiantes de doctorado para su trabajo de campo. El trabajo de campo propiamente dicho se llevó a cabo en Gdańsk, Rotterdam y Turín, que fueron elegidas por su importancia potencial en sus contextos regionales para las iniciativas sociales en torno al autoabastecimiento de alimentos, las cadenas alimentarias cortas y la gobernanza alimentaria. «En estas ciudades estudiamos cómo las redes de abastecimiento colectivo de alimentos se relacionan con la comida y a través de ella, con especial atención a las competencias pertinentes, cómo interpretan y articulan la solidaridad, y cómo operan entre y dentro de comunidades diversas», explica Grasseni.
Premisas y consecuencias de la producción, la distribución y el consumo colectivos de alimentos
A lo largo de diecisiete meses, los investigadores observaron detenidamente las áreas de estudio en el terreno, labor que intercalaron con métodos de investigación cualitativa como entrevistas en profundidad, cartografía, análisis documental y grupos de discusión. Los resultados de este trabajo se integraron y presentaron de forma sinóptica y comparativa mediante una plataforma interactiva única. En este «i-doc» se analizan y se muestran las distintas formas en que los ciudadanos trabajan con los alimentos en diversos contextos europeos. «Mediante la conexión de cincuenta estudios de casos, esta plataforma presenta las premisas y consecuencias de las formas colectivas de producción, distribución y consumo de alimentos en tres ciudades europeas... y más allá», señala Grasseni. «Al hacerlo, aumenta nuestra capacidad de prever, imaginar y documentar los sistemas alimentarios urbanos más allá de los estereotipos pacificadores de opciones "inteligentes" o "sanas", y de "inclusión social"».
Un lugar en la mesa de la adquisición de alimentos
Durante una escuela de métodos especialmente organizada, el equipo del proyecto presentó su investigación a una cohorte de nueve aspirantes a máster y doctorado. También compartieron el legado metodológico del proyecto, pasando la antorcha de FOOD CITIZENS a la siguiente ola de investigadores etnográficos. «Como resultado de la investigación que hicimos y del trabajo que seguimos haciendo, la diversidad y la cultura de Europa tienen ahora un lugar en la mesa de la adquisición de alimentos», concluye Grasseni.
Palabras clave
FOOD CITIZENS, diversidad, cultura, redes alimentarias urbanas, sistema alimentario urbano, alimentación, adquisición de alimentos, producción colectiva de alimentos