La proteína derivada de insectos, más cerca de la comercialización masiva
Los insectos como fuente alternativa de proteínas podrían colmar la brecha cada vez mayor entre las necesidades de una población creciente y los métodos tradicionales de agricultura sostenible. En nuestro afán por cerrar el ciclo de producción, limitando los residuos y maximizando el reciclaje, ¿podrían los alimentos y piensos generados a partir de insectos ser un eslabón perdido? El equipo de SUSINCHAIN considera que los insectos pueden desempeñar un papel importante a la hora de proporcionarnos fuentes alternativas de proteínas, y ha presentado una serie de respuestas basadas en pruebas a muchas de las preguntas que han frenado al sector. El proyecto, que contó con el apoyo de la Unión Europea (UE), reunió industria, gobiernos y mundo académico para examinar estrategias de gestión de riesgos, desarrollar tecnologías de procesado, analizar sustratos permitidos y estudiar modelos de negocio.
Límites legales de contaminantes en sustratos para la cría de insectos
«En la parte experimental del proyecto SUSINCHAIN utilizamos los límites legales de contaminantes en los piensos comunes para determinar si los contaminantes se transferían a los insectos de granja cuando se alimentan de lo que se denominan “sustratos”», explica Teun Veldkamp, que trabaja en la Universidad de Wageningen (Países Bajos). El equipo del proyecto descubrió que la acumulación, o incluso la transferencia, de toxinas y patógenos, como las micotoxinas, era mínima. Según ellos, esto significa que los límites legales en los sustratos utilizados para la cría de insectos podrían ser más elevados. «Los sustratos de bajo coste deberían utilizarse en un futuro próximo, cuando se demuestre que son seguros. Nuestro trabajo ayudó a establecerlo y un cambio a estas alternativas de menor coste haría la cadena mucho más sostenible y rentable. De momento, los sustratos que cumplen las normas establecidas para otros alimentos, como el trigo, son costosos», añade Veldkamp. «Las normas establecidas para otros productos agrícolas son innecesariamente elevadas para los alimentos para insectos. Demostrar que esto es así significa que podríamos ofrecer “alimentos” más baratos, lo que haría todo el proceso más rentable y, por tanto, atractivo para las empresas».
La seguridad es lo primero en la cría de insectos
Gran parte de la investigación realizada por el proyecto se centró en optimizar los procesos existentes. Se realizaron varios experimentos sobre la calidad nutricional y las características físicas de los sustratos, el transporte de los insectos y la gestión de las enfermedades de los insectos y las especies plaga. Se construyó una base de datos de pretratamientos de sustratos y se realizaron experimentos con piensos. «El trabajo que hemos realizado sobre transporte, enfermedades y especies plaga dará como resultado insectos más sanos y un entorno de cría más seguro», afirma Veldkamp. Para la cría de insectos a gran escala, en el proyecto se estableció la composición química y las necesidades nutricionales por especie de insecto con el fin de identificar brechas de conocimiento y realizar experimentos para resolver problemas y aumentar la sostenibilidad. Asimismo, se redactaron protocolos normalizados novedosos, lo que garantiza la comparabilidad de los resultados del mundo académico y los agricultores. El equipo del proyecto también trabajó con un planteamiento ascendente, explorando qué hacían bien los criadores de insectos y compartiendo mejores prácticas.
Abrir el mercado a las proteínas procedentes de insectos
No se trata solo de los procesos de producción, también se tuvieron en cuenta las barreras de comercialización. «Sabemos que podemos mejorar la eficiencia de la producción y establecer parámetros de seguridad, pero si nadie compra el producto, entonces tenemos un verdadero problema con la sostenibilidad de la industria», reconoce Veldkamp. Teniendo esto muy presente, el equipo del proyecto SUSINCHAIN se propuso identificar las barreras tecnológicas, normativas, culturales y de comportamiento que dificultan la ampliación de la cadena de valor europea de los insectos, así como las estrategias para superarlas. Eso forma parte de un conjunto de iniciativas realizadas por la UE para impulsar la absorción de proteínas de insectos. Además, se llevó a cabo una investigación documental, seguida de una serie de entrevistas en profundidad y talleres con diversos grupos de interesados, para determinar posibles obstáculos de la producción y la percepción pública. Eso se llevó a cabo junto con la creación de dos laboratorios vivientes, donde participaron insectívoros, que se establecieron para observar en tiempo real lo que funciona y lo que no.
Aumento del sector de las proteínas de insectos en Europa
Veldkamp se enorgullece de ello: «El proyecto SUSINCHAIN ha aportado importantes elementos para seguir ampliando el sector de los insectos en Europa». Sin embargo, cree que el trabajo que se está realizando para sacar realmente el máximo partido de dicha fuente de proteínas se está viendo socavado por un cambio de planteamiento. «La investigación europea relacionada con los insectos se ha fragmentado y los insectos se incorporan como una de las múltiples fuentes de proteínas en los proyectos sobre alimentos y piensos sostenibles». En su opinión, para ser realmente eficaces, los proyectos centrados exclusivamente en los principales obstáculos ante la adopción de productos derivados de insectos son el camino a seguir.
Palabras clave
SUSINCHAIN, insectos, agricultura, proteínas, contaminantes, seguridad, comercialización masiva