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¿Por qué y cómo empezaron los humanos a utilizar lápidas?

Desde las pirámides hasta los cementerios municipales, el mundo está lleno de monumentos de piedra en conmemoración a los muertos. Sin embargo, ¿cuándo empezó esta práctica tan habitual? Recurrimos a la arqueóloga funeraria Saša Čaval, para desenterrar la verdad.

Las lápidas, cuya función es identificar las tumbas, ofrecen un lugar de duelo y conmemoración. Suelen ser de piedra y llevar grabado el nombre de la persona fallecida, la fecha de nacimiento y defunción, además de inscripciones de recuerdo. Existen desde hace mucho tiempo, en una gran variedad de culturas. Tal como desvela Čaval: «En Ucrania y Moldavia, se encontraron numerosas estatuas de piedra del Neolítico llamadas “estelas”, las cuales se asocian a las sepulturas de la cultura kurgana de hace unos cinco mil años. También se hallaron inscripciones en lápidas de piedra y madera en montículos que datan de la Edad del Bronce. Los griegos enterraban a los plebeyos y a las élites en tumbas con inscripciones. Asimismo, en la ciudad prerromana de Vulci (Italia) se han encontrado abundantes tumbas romanas con estatuas, relieves e inscripciones que cuentan historias», añade la arqueóloga.

Por qué se plasma la muerte en piedra

Según las explicaciones de Čaval, los primeros epitafios tal y como los conocemos, sobre todo la fórmula «Aquí yace…», vienen de la tradición griega. Esta práctica, que adoptaron los romanos como consecuencia de la expansión e influencia de su imperio acabó convirtiéndose en la norma en Occidente. Más allá de las palabras, la estética de las tumbas también transmite las creencias de sus creadores. «Los detalles nos dan información única sobre las épocas en que se realizaron: acerca de las comunidades, su identidad, sus valores y sus creencias, en relación con la vida y el más allá», explica Čaval. En algunas ocasiones, resulta más evidente, como el hecho de que la ubicación de una tumba pueda reflejar la relación de la persona fallecida con un lugar específico, o de que la artesanía y los materiales puedan señalar el estatus social, especialmente si es excepcional. Las inscripciones indican el nivel de alfabetismo, mientras que las decoraciones pueden sugerir la afiliación religiosa. «Incluso sin decoraciones ni inscripciones, la forma de la tumba, su posición en el cementerio o el tipo de cementerio permiten hacerse una idea de los valores de una sociedad y cómo las personas encajaban en dichos valores», añade Čaval.

El enigma de los «stećci»

La experiencia y el interés de Čaval por comprender el pasado a través de las prácticas sepulcrales y su cultura material surgen a raíz de los «stećci», unos monumentos gigantes de piedra poco conocidos, descubiertos en fosas de los Balcanes Occidentales. Los «stećci», declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2016, son lápidas medievales que forman parte de los paisajes de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia. «Cabe destacar que estas lápidas no se atribuyen a ningún grupo étnico ni religioso, por lo que siempre han constituido un enigma. Sin embargo, la cantidad y la naturaleza monolítica de las más de setenta mil lápidas conservadas reflejan la importancia que tuvieron hace muchos siglos», afirma Čaval. Algunas lápidas tienen inscripciones en escrituras cirílicas bosnias y glagolíticas, ambas extinguidas en la actualidad. Esto refleja la diversidad religiosa y étnica local, ejemplificada por las decoraciones prehistóricas mezcladas con elementos islámicos o cristianorromanos. «Utilizamos técnicas digitales modernas, como la obtención de imágenes por satélite, para estudiar este fenómeno, por lo que me enorgullece ayudar a divulgarlo», comparte Čaval.

Las lápidas de piedra en desuso

La explicación simple del éxito de las lápidas es que cumplen bien su función. Encontrar las piedras adecuadas y transportarlas hasta los cementerios siempre ha sido relativamente fácil. Además, pueden decorarse. La piedra es sólida, además de resistir a los climas extremos y al paso de los años, lo cual garantiza que se recuerden a las personas difuntas a lo largo del tiempo. Eso explica por qué otras inscripciones en lápidas fabricadas a partir de otros materiales se han desvanecido. Con el auge de los funerales laicos y la sobrepoblación de los cementerios, además de las preocupaciones crecientes en materia de sostenibilidad, ¿es posible que esté disminuyendo el entusiasmo por las lápidas? «Sin duda, existe una tendencia a utilizar otras opciones, pero creo que las lápidas seguirán empleándose. Su solidez tranquiliza y es una representación literal de la vida, ya que conserva su presencia», concluye Čaval. Haga clic aquí para obtener más información sobre la investigación de Čaval en el marco del proyecto SOLMUS, que contó con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie: Desvelar los secretos de las lápidas medievales en los Balcanes Occidentales. Escuche a Čaval hablar más en profundidad sobre este tema en el pódcast CORDIScovery.

Palabras clave

SOLMUS, lápida, tumba, sepultura, cementerio, stećci, piedra, inscripciones