Hacia una paz y una seguridad con perspectiva de género
La agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Agenda MPS) se estableció para integrar las experiencias de las mujeres en los conflictos en el Derecho internacional y en la toma de decisiones. Parte esencial de su cometido es promover la paz y la seguridad de forma pertinente para las mujeres, así como para los hombres. En cierta medida, esto implica desafiar los enfoques tradicionales que se aplican a los conflictos, que dan prioridad a las soluciones militares y a los intereses de los Estados con mayor inversión militar. Sin embargo, cinco de estos poderosos Estados son miembros permanentes del Consejo de Seguridad. «Muchos países parecen no estar dispuestos a asumir verdaderos compromisos políticos y financieros con la agenda —comenta Christine Chinkin, investigadora principal del proyecto GenderedPeace de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres (LSE, por sus siglas en inglés)—. Además, el hecho de dar prioridad a la lucha antiterrorista y el extremismo tiende a incorporar a las mujeres a esas agendas, en lugar de garantizar la seguridad y los derechos de las mujeres como un objetivo en sí mismo». El equipo del proyecto GenderedPeace trabaja con mujeres activistas e investigadoras de regiones afectadas por conflictos, como Colombia y los Balcanes, y con organizaciones no gubernamentales feministas, como Women’s International Peace Centre (Centro Internacional de Mujeres por la Paz), Peace Track Initiative (Iniciativa de la Vía de la Paz) y Women’s International League for Peace and Freedom (Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad). «Junto con el entusiasmo de las partes interesadas por comprometerse con las cuestiones planteadas, existe un consenso en favor de nuevas formas de elaborar políticas y leyes que aporten más igualdad y nociones de paz enriquecidas», señala Chinkin.
Una metodología variada
El proyecto, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, se estructura en torno a tres líneas de trabajo: mujeres y paz/mujeres y seguridad, género y formas contemporáneas de violencia, y género y consolidación de la paz. En cada una de ellas se emplea una serie de metodologías de investigación con perspectiva feminista para deconstruir las ambigüedades de las resoluciones relativas a las mujeres, la paz y la seguridad, así como, en términos más generales, del Derecho internacional, y luego se adoptan diversos métodos de difusión. Por ejemplo, un documental examina el legado del Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el Enjuiciamiento de la Esclavitud Sexual a Manos del Ejército Japonés que se reunió en Tokio en el año 2000. A través de entrevistas, describe cómo mujeres de toda Asia emprendieron acciones para buscar la justicia de género tras el fracaso de los procesos legales formales. El proyecto también ha presentado informes «amicus» —argumentos jurídicos detallados— a favor de los casos de lucha contra la violencia de género y de los derechos de la mujer. Por ejemplo, en una intervención reciente en la Corte Penal Internacional, se instó a la Corte a adoptar un análisis con perspectiva de género e interseccional a fin de garantizar que su jurisprudencia logre la justicia de género. El equipo también organizó una serie de conversaciones públicas con la biblioteca de la LSE en las que se exploró cómo el activismo de las mujeres por la paz se ha silenciado con frecuencia. Una de estas conversaciones reunió a activistas de Irán, Irak y Siria. «Aunque la COVID-19 nos ha impedido organizar eventos presenciales y emprender la investigación de archivo prevista, los avances en las tecnologías digitales nos han permitido llegar a un público más amplio y acceder a materiales disponibles en formato digital. Estas tecnologías también han servido como instrumento nivelador, ya que es más difícil establecer jerarquías cuando todo el mundo aparece en el mismo cuadradito en una pantalla», afirma Louise Arimatsu, que trabaja como investigadora en el proyecto.
Paz y seguridad para todo el mundo
Aunque gran parte del enfoque de la discriminación de género del proyecto se basa en actividades realizadas fuera de Europa, sus conclusiones son relevantes para la legislación y la política de la Unión Europea. El trabajo del equipo sobre la trata de seres humanos insta a los responsables políticos a replantear el debate a través de una perspectiva de género de los derechos humanos en lugar de aplicar el modelo de justicia penal que predomina actualmente. «Necesitamos un cambio de mentalidad completo que deje atrás el militarismo, la búsqueda de beneficios, la extracción de recursos y la escasa responsabilidad y empiece a centrarse en las personas, la responsabilidad y el planeta», concluye Chinkin. En este momento, el equipo está escribiendo un libro que recoge muchos de los temas del proyecto.
Palabras clave
GenderedPeace, paz, seguridad, feminista, género, violencia, trata de seres humanos, derechos humanos, derechos de la mujer