Una central de hidrógeno sin emisiones entra en funcionamiento en Sevilla
La empresa española Abengoa Innovación ha finalizado la construcción de una central eléctrica de muestra que produce energía sostenible —electricidad y calor— a partir del hidrógeno. La central de pilas de combustible de nueva generación, instalada dentro de un contenedor, se pondrá en marcha e iniciará sus operaciones en Sevilla (España) antes de ser trasladada a su ubicación definitiva. Abengoa Innovación anunció la construcción de dicha planta de muestra a principios de 2018 e hizo patente su intención de crear la planta de energía con pilas de combustible del mañana con una capacidad de megavatios y una producción más flexible y rentable. La planta piloto se construyó en el marco del proyecto GRASSHOPPER, financiado con fondos europeos y dirigido por la empresa eslovena INEA, que ofrece soluciones para la gestión energética. La central se ha fabricado en el sur de España y actualmente está en fase de pruebas en las instalaciones de Abengoa Innovación, socio del proyecto, en el puerto de Sevilla. Posteriormente se trasladará a Delfzijl, en el noreste de los Países Bajos, donde se integrará con la planta de cloro-álcali del destacado proveedor químico Nouryon, cuyo proceso de electrólisis produce un excedente de hidrógeno. El proceso cloro-álcali es un método industrial que se utiliza para fabricar cloro, hidrógeno e hidróxido de sodio (sosa cáustica). Con la central eléctrica de GRASSHOPPER se demostrará la generación de energía sin emisiones en un entorno industrial real, utilizando el exceso de hidrógeno producido en la planta de Nouryon. Según un artículo publicado en «pv magazine», las empresas neerlandesas Akzo Nobel y Nedstack Fuel Cell Technology —esta última también socia del proyecto GRASSHOPPER— llevan más de 12 años probando la tecnología de pilas de combustible en la planta de Nouryon.
Una central eléctrica flexible
La flexibilidad de la central de hidrógeno se basa, en primer lugar, en la capacidad de cambiar dinámicamente la potencia de salida según demanda. De este modo, es posible utilizar la tecnología como carga base —para producir siempre la misma cantidad de energía con independencia de la demanda— o como central de pico —que se ajusta rápidamente a la demanda de la red eléctrica—. En segundo lugar, la flexibilidad implica capacidad de adaptación a una amplia gama de aplicaciones, como generadores portátiles para instalaciones temporales, generadores de emergencia para cargas críticas en hospitales y generación combinada de electricidad y calor para el sector industrial o residencial.
Una central eléctrica en un contenedor
La llegada de alternativas energéticas ecológicas y del almacenamiento de la energía ha popularizado el uso de soluciones en contenedores para las tecnologías que lo permiten. Mantener la central energética dentro de un contenedor permite montarla en diferentes lugares, transportarla e incluso instalarla en zonas remotas donde los trabajadores o los recursos son escasos. Esta posibilidad, según se explica en el sitio web de GRASSHOPPER, confiere a la planta una valiosa filosofía «plug and play», la cual es bastante frecuente en otras fuentes de energía renovable. El objetivo último del proyecto GRASSHOPPER (GRid ASsiSting modular HydrOgen Pem PowER) es lograr que la tecnología de las pilas de combustible de hidrógeno sea asequible y atractiva para los consumidores y los mercados. El proyecto, de tres años y medio de duración, finalizará en junio de 2021. Para obtener más información, consulte: Sitio web del proyecto GRASSHOPPER
Palabras clave
GRASSHOPPER, central eléctrica, hidrógeno, energía, pila de combustible de hidrógeno