La creatividad y los negocios pueden trabajar juntos
Las organizaciones que trabajan en las industrias creativas y culturales afrontan el problema de lidiar con los valores contrapuestos de los principios comerciales tradicionales y la creatividad. No obstante, todos estos valores son importantes para tener éxito en la economía creativa y cultural, y deben mantenerse unidos a pesar de los conflictos, lo que conlleva un problema de gestión. El proyecto MACRAME, financiado con fondos europeos, se propuso abordar los conflictos provocados por el equilibrio de las prioridades de las empresas en las industrias creativas y culturales. El objetivo del proyecto era investigar la forma en la que abordan las personas de estas organizaciones los conflictos en la práctica al estudiar cómo las herramientas de control y contabilidad de gestión pueden resolver el problema. Esta investigación se llevó a cabo con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska Curie. «Recopilamos datos a través de observaciones, entrevistas y documentos en tres organizaciones: un teatro lírico, una empresa de moda y una agencia de publicidad», comenta Paola Trevisan, investigadora de MACRAME. Las organizaciones trabajan en sectores muy diferentes y tienen modelos y procesos de negocio dispares. Sin embargo, todas dependen de la creatividad, la imaginación y la inspiración para diseñar y producir sus bienes creativos y culturales.
Jerarquía, separación y composición
En MACRAME se descubrió que las discrepancias entre la creatividad y la gestión no son unidimensionales, tal como se creía anteriormente en la bibliografía de referencia. Los investigadores determinaron que hay formas en las que pueden coexistir múltiples valores, lo que con frecuencia requiere el compromiso entre los conflictos de la creatividad y la gestión. Además, descubrieron que la jerarquía de prioridades determina qué principio es más importante que otros en la gestión de una organización. «Por ejemplo, una empresa puede decidir que la obtención de beneficios constituye el criterio más relevante y, por ende, antepone los principios del mercado. Por lo tanto, las herramientas de control y contabilidad de gestión se emplean para analizar y predecir las tendencias del mercado y para garantizar la eficiencia y la productividad, mientras que la creatividad y los valores creativos son relevantes siempre que respalden la producción de los valores del mercado», explica Trevisan. El equipo reveló también la importancia de la separación de principios. Una organización puede considerar que diferentes principios son igualmente importantes y tienen que contabilizarse por separado. Por ejemplo, separar los departamentos artísticos o creativos de los departamentos comerciales, como operaciones o ventas, constituye una práctica común en las organizaciones creativas. Con esta separación estructural, queda claro quién hace qué y quién es responsable de ello; quién es el creativo y quién no. En MACRAME se identificó asimismo la composición como un concepto esencial de la gestión de una organización. Una empresa puede decidir que múltiples principios son igual de importantes al mismo tiempo para lograr un objetivo común mayor. En tal caso, los integrantes de la organización reconocen que es importante dejar de lado los conflictos causados por la jerarquía y aunar valores. Trevisan concluye: «Nuestro análisis indica que las organizaciones creativas y culturales adoptan los tres mecanismos. Los dos primeros hacen referencia sobre todo a la parte estructural de la organización, mientras que el último es especialmente importante para el proceso de diseño y producción. La diversidad de perspectivas, valores e inquietudes, cuando se combinan de manera fructífera, resulta en la invención y la creación de algo original».
Palabras clave
MACRAME, principios, gestión, industrias creativas y culturales, contabilidad de gestión, prácticas comerciales