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La modelización económica muestra la repercusión del cambio climático y del suelo en la agricultura

Podría parecer evidente que las características del suelo influyen notablemente en la producción vegetal, aunque actualmente no se ha estudiado. MYCLIMATE correlacionó el suelo y el clima para hacer un seguimiento de los cambios en la producción agrícola causados por el cambio climático.

Cambio climático y medio ambiente icon Cambio climático y medio ambiente

A menudo la economía agrícola convencional ha pasado por alto la influencia de la características del suelo. Eso está empezando a cambiar a medida que se considera al suelo como un mitigador útil del cambio climático como, por ejemplo, para la captura y el almacenamiento de carbono. A menudo, el estudio de la economía agrícola no incluye el análisis de los impactos positivos y negativos de las características del suelo, la temperatura y la lluvia. El proyecto MYCLIMATE, financiado con fondos europeos, tenía por objeto ayudar a corregir esta situación. «Algunas modelizaciones no pueden tener en cuenta las propiedades dinámicas de los sistemas naturales. MYCLIMATE utilizó métodos para representar los efectos variables del suelo, la temperatura y la lluvia», explica Simone Pieralli, beneficiario de una beca de investigación de las Acciones Marie Skłodowska-Curie y responsable del proyecto. Al examinar la producción vegetal de los campos franceses durante el periodo 1990-2015, MYCLIMATE descubrió que las variables climáticas representaron el 58,8 % de la variabilidad en la producción, de media durante 25 años. Además, la variabilidad representó los cambios en los insumos (22 % de la variación), como los abonos, la adaptación tecnológica (18 % de la variación) y los cambios en las características del suelo (1,5 % de la variación).

Aplicar la modelización de la economía productiva

MYCLIMATE acortó la brecha entre dos ramas anteriormente separadas de la economía. «Detecté las ventajas y los inconvenientes de los métodos econométricos del clima y la teoría del índice de producción económica. Por eso, apliqué una combinación de ambos en el cambio climático», añade Pieralli. Se le cedió al proyecto el uso de la información de la Red de Información Contable Agrícola de la Comisión Europea, la cual disponía datos sobre el rendimiento de las cosechas en explotaciones agrícolas francesas desde 1990 a 2015. Cada año se recogen datos a partir de una muestra de explotaciones de venta directa por región, tamaño y tipo de agricultura. Los datos de las explotaciones agrícolas se obtienen de forma rotativa, ya que no participan todos los años. Estos datos se compararon con datos ambientales, como las propiedades del suelo, especialmente el carbono del suelo y el pH del suelo, registrados en la base de datos francesa GIS SOL (sitio web en francés). El análisis también incluyó datos meteorológicos diarios del Centro Común de Investigación, con ubicaciones marcadas en cuadrículas y una resolución de 25 km. MYCLIMATE también usó temperaturas diarias máximas y mínimas, junto con datos diarios sobre precipitaciones. Ello significó que durante cada día de los veinticinco años estudiados, MYCLIMATE pudo reconstruir matemáticamente cuántas horas estuvo expuesta cada ubicación de la cuadrícula a determinadas temperaturas.

Implicaciones políticas

Un hallazgo fundamental fue la influencia de la creciente variabilidad meteorológica, de media durante los veinticinco años, aunque especialmente después del año 2000. Ello tiene implicaciones importantes para las políticas que deben centrarse en los factores fundamentales de la producción. «Si el clima resulta esencial para determinar la variabilidad de la producción, en vez de los insumos gestionados por la explotación agrícola, como los fertilizantes, subsidiar a los agricultores podría considerarse más importante durante los años con dificultades climáticas», afirma Pieralli. Pieralli reconoce que el impacto del cambio climático será diferente en función de la región, las cosechas e, incluso, el momento de los fenómenos meteorológicos examinados. Por ejemplo, algunas cosechas de invierno se pueden ver relativamente poco afectados por las sequías y las olas de calor estivales. Aunque algunos viñedos pueden verse favorecidos por el cambio climático. Después de que uno de los principales métodos desarrollados por MYCLIMATE ya esté públicamente disponible en un documento de trabajo del INRAE, Pieralli ahora trabaja en la publicación de más resultados. Actualmente, continua investigando la interrelación entre la economía, el suelo y el cambio climático, mientras se encuentra en Nueva Zelanda. «Quiero desarrollar métodos para evaluar las repercusiones de explotaciones agrícolas específicas en la producción, la influencia de la ubicación de la explotación y el momento de los fenómenos meteorológicos y, lo que es más importante, introducir la contaminación y las emisiones en la ecuación», concluye Pieralli.

Palabras clave

MYCLIMATE, suelo, temperatura, cosecha, agrícola, explotación agrícola, precipitación, cambio climático, pH del suelo, carbono del suelo, economía, modelización

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