Algunos ácidos grasos omega-3 frenan el avance de las enfermedades cardiovasculares
La obesidad abdominal —cintura ancha— es un causa frecuente de inflamación crónica que predispone al SMet. La consiguiente repercusión socioeconómica sin precedentes sobre la atención sanitaria mundial exige a gritos que se investigue para dar con estrategias capaces de prevenir o reducir con eficacia la inflamación crónica en los pacientes de riesgo. Los nutrientes, en particular, los ácidos grasos omega-3, desempeñan un papel fundamental para atenuar o mantener la inflamación crónica. El ácido icosapentaenoico (AEP) y el ácido docosahexaenoico (ADH) han despertado un enorme interés debido a su capacidad para reducir los lípidos en la sangre y su presunto potencial antiinflamatorio. Sin embargo, en casi todos los estudios efectuados hasta la fecha se ha utilizado una combinación de ambos, por lo que no se ha determinado ni comparado aún la función de cada uno por separado.
Potencia comparada del AEP y el ADH
Con el apoyo del programa Marie Skłodowska-Curie, en el proyecto PIMS se investigó si el ADH y el AEP tenían efectos similares o distintos sobre la inflamación crónica y, de ser así, cuáles eran sus mecanismos de acción. «El laboratorio Lamarche había demostrado anteriormente que el ADH es más potente que el AEP para reducir algunos de los marcadores sanguíneos de inflamación en adultos», recuerda Benoît Lamarche, supervisor durante la fase externa. «Se investigó el impacto comparado de la suplementación con AEP o ADH sobre los efectos antiinflamatorios y la posible disparidad por razón de sexo a través del estudio de marcadores específicos de inflamación en el torrente sanguíneo, las células inmunitarias y el tejido adiposo abdominal», explica Cécile Vors, beneficiaria de una beca posdoctoral. El ensayo siguió un diseño con enmascaramiento doble, cruzado, aleatorio y comparativo con placebo, que se aplicó a hombres y mujeres con SMet.
Los resultados explican los efectos antiinflamatorios del ADH y el AEP
Los principales resultados obtenidos hasta la fecha sugieren que ni las células inmunitarias ni el tejido adiposo abdominal superficial tienen un papel significativo para explicar las diferencias entre el AEP y el ADH sobre la regulación de la inflamación crónica. Sin embargo, la mayor potencia antiinflamatoria del ADH, en comparación con el AEP, puede deberse, en parte, a cambios en los mediadores lipídicos bioactivos específicos derivados de ambos ácidos. Los mediadores lipídicos bioactivos participan en la señalización, especialmente en la resolución de la inflamación. Se espera obtener más datos basados en el seguimiento «in vivo» de proteínas inflamatorias clave, como la proteína C reactiva y la amiloide A sérica. El equipo del proyecto PIMS prevé grandes avances inminentes para explicar los efectos antiinflamatorios del ADH y el AEP.
El potente método de análisis provocó un retraso en el cotejo de los resultados, pero el futuro va por buen camino.
Irónicamente, los nuevos métodos previamente desarrollados en el laboratorio de Lamarche, que utilizaban un potente enfoque proteómico de carácter innovador para estudiar «in vivo» el metabolismo de las lipoproteínas, resultaron difíciles de aplicar a la investigación de PIMS. A pesar de un retraso considerable de más de dos años en el desarrollo analítico, hace unos meses se obtuvieron para su modelización los datos de enriquecimiento relativos a las proteínas clave en la inflamación. Este trabajo está tocando a su fin y hay ya una publicación en curso, lo cual es una muy buena noticia. Los planes de investigación futura son muy prometedores. Los datos del singular estudio clínico ComparED se analizarán más a fondo y se confirmarán sus resultados mediante la publicación en tres revistas de gran repercusión. Está previsto publicar los datos de la modelización en la revista «American Journal of Clinical Nutrition» y se espera que «Circulation Journal» anuncie los datos sobre los mediadores lipídicos bioactivos. «Los trabajos de colaboración potenciales sobre las prostaglandinas —moléculas lipídicas bioactivas implicadas en el estrés oxidativo— son inminentes y complementarán bien los resultados ya obtenidos en el proyecto PIMS», añade la beneficiaria de la beca. «Siento que estoy en deuda con el programa de becas individuales de investigación Marie Skłodowska-Curie», subraya Cécile Vors. Además de adquirir conocimientos sobre el tejido adiposo y el metabolismo de los ácidos omega-3 y la modelización de datos, también tiene previsto presentar su candidatura a premios para jóvenes científicos en los Estados Unidos y Europa.
Palabras clave
PIMS, AEP, ADH, inflamación crónica, SMet, ácidos grasos omega-3