Agricultura de precisión para la eficiencia alimentaria
Los piensos con alto valor nutritivo que se dan al ganado monogástrico podrían servir de alimento para los seres humanos, lo que significa que estos animales compiten con las personas por el mismo tipo de alimentación. Asimismo, los nutrientes que no se retienen en la carne o los huevos del ganado monogástrico, como los cerdos, las aves de corral y los conejos, tienen un impacto ambiental negativo. El proyecto Feed-a-Gene, financiado con fondos europeos, se propuso hacer más eficiente la cría de ganado monogástrico mediante el uso de piensos producidos localmente y la selección genética para criar animales más magros y robustos. El objetivo del proyecto era transformar el mercado europeo de la ganadería monogástrica mediante técnicas de agricultura de precisión.
Piensos alternativos para el ganado
«Se pueden utilizar recursos alimentarios alternativos para reducir la competencia de estos entre los seres humanos y el ganado monogástrico, pero suelen ser de menor calidad nutricional que los cereales y la harina de soja», expone Jaap van Milgen, coordinador del proyecto Feed-a-Gene. El equipo se propuso identificar y mejorar recursos alimentarios alternativos, como la soja cultivada en Europa, la biomasa ecológica rica en proteínas y la harina de colza. Una vez identificadas estas alternativas menos nutritivas, el siguiente paso fue reconocer los rasgos genéticos del ganado que ayudarían a los animales «a aprovechar mejor algo de peor calidad», comenta van Milgen. «Si queremos alimentar a estos animales con piensos alternativos, tendremos que evaluar si los animales, que eran “mejores” en un buen entorno nutricional, son también los mejores con ingredientes alimenticios más pobres y variables», explica van Milgen. Los investigadores de Feed-a-Gene desarrollaron técnicas de alimentación de precisión para el ganado a fin de adaptar la calidad y la cantidad de alimento a las necesidades de cada animal o grupo. Descubrieron que esta técnica de alimentación de precisión aumentaba la eficiencia del uso de nutrientes, al provocar que los animales retuvieran más de ellos y, por lo tanto, excretaran menos. «Esta alimentación “a la carta” ofrece una serie de ventajas porque explica la variación entre los animales individuales y la que se producirá con el tiempo», añade van Milgen.
El valor está en la variación
El equipo de Feed-a-Gene identificó bioindicadores para la eficiencia y robustez de los animales individuales por medio de recopilar información de la saliva, la orina, las heces y la sangre. Los investigadores también registraron la ingesta de alimentos y el peso corporal, observaron la conducta de cada uno de los animales y utilizaron modelos matemáticos y estadísticos de los procesos biológicos para dar sentido a los datos. El equipo de la investigación observó una variación en la eficiencia de los animales al registrar estos diferentes rasgos. «En lugar de ver la variación como una molestia, deberíamos ver el “valor” de la variación y la diversidad, y creo que este es un importante hallazgo al que contribuyó Feed-a-Gene», observa van Milgen.
La variación como revolución
El equipo de Feed-a-Gene descubrió que es importante observar, predecir y controlar la variación de los piensos alternativos y la diversidad genética del ganado. Los investigadores desarrollaron técnicas de alimentación y cría de ganado de precisión que, según van Milgen, supondrán una revolución en el futuro de la ganadería.
Palabras clave
Feed-a-Gene, ganado monogástrico, agricultura de precisión, alimentación del ganado, selección genética