La influencia de las bacterias intestinales en la susceptibilidad a la obesidad
Los microorganismos que habitan en el cuerpo humano podrían influir considerablemente en la obesidad, según se advierte desde un proyecto financiado con fondos europeos. Este descubrimiento podría resultar revolucionario para el tratamiento de esta afección, que se calcula que en 2015 afectará a más de setecientos millones de adultos de todo el planeta. Además podría dar lugar a ensayos identificativos sencillos con los que descubrir quién presenta un mayor riesgo. En el proyecto, titulado METAHIT («Metagenomics of the Human Intestinal Tract»), se descubrió que aquellos con una menor variedad de bacterias intestinales presentaban un riesgo mayor de desarrollar afecciones relacionadas con la obesidad como la diabetes de tipo 2 y la ateroesclerosis. Si bien la mayoría de las causas de la obesidad responden a factores externos, como un estilo de vida sedentario o el acceso fácil a alimentos con un elevado contenido calórico, también está reconocida ampliamente la influencia de factores genéticos. No obstante, estos últimos sólo justifican una proporción pequeña de la tendencia a la obesidad registrada. Por esta razón cabe preguntarse si las variaciones en el microbioma, el genoma global de todos los microorganismos que alberga el cuerpo humano, podría influir en la aparición de la obesidad en mayor medida que las variaciones del genoma. En METAHIT se estudió una cohorte de 292 adultos daneses compuesta por 123 individuos obesos y 169 no obesos con la intención de aclarar este punto. El equipo científico al cargo analizó la composición de la población de bacterias intestinales de los individuos estudiados mediante un método analítico nuevo denominado metagenómica cuantitativa. Descubrieron así que era posible distinguir entre aquellos con una abundancia de ciertas especies de bacterias y otros con una menor variedad. Esta distinción no se basó en criterios de corpulencia (en los dos grupos había individuos delgados y obesos), si bien el ochenta por ciento del grupo con menos riqueza bacteriana era obeso. Lo que llamó la atención del equipo fue que las composiciones menos ricas de microbiota contenían una proporción mayor de especies bacterianas proinflamatorias y menor de antiinflamatorias. Además se descubrió que aquellos con una microbiota menos variada poseían más grasa corporal, presentaban una resistencia mayor a la insulina y mostraban síntomas que aumentaban su riesgo de contraer diabetes de tipo 2 y afecciones cardiovasculares. Además, los obesos pertenecientes al grupo con una biota menos variada ganaban más peso con el tiempo que los delgados. Estos presentaban una falta absoluta o una cantidad mínima de ocho especies bacterianas concretas, las cuales podrían por tanto ejercer una función protectora contra el aumento de peso. Los hallazgos del equipo podrían conducir a la creación de terapias bacterianas que contribuyan a evitar la ganancia de peso. Los descubrimientos preliminares del proyecto METAHIT ya se han publicado y probablemente ayuden a conocer mejor las razones por las que ciertos individuos son más propensos a la obesidad que otros. El estudio también podría contribuir a que los profesionales médicos identifiquen a aquellos con un mayor riesgo de obesidad de cara a poner en práctica estrategias de prevención. El proyecto METAHIT, que contó con trece socios de ocho países y 11,4 millones de euros de financiación aportada por la Unión Europea, finalizó a finales de junio de 2012.Para más información, consulte: METAHIT http://www.metahit.eu/ Ficha informativa del proyecto Instituto nacional de investigación agronómica (INRA) de Francia http://institut.inra.fr/en
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